LA PAZ.- Bolivia está atrapada entre indigenismo y autonomía tras el reciente triunfo del "sí" en Tarija a su estatuto autonómico, mientras el presidente, Evo Morales, sigue confiado en el respaldo de su base campesina para avanzar con su reforma.
Los estatutos autonómicos ya lograron respaldo de 85,6% en Santa Cruz; 82% en Pando; 79,6% en Beni. Tarija logró el domingo entre 79 y 80% de apoyo, según resultados no oficiales. El prefecto tarijeño Mario Cossío destacó que la autonomía es la verdadera revolución del siglo XXI, y que Morales debe reconocer esas victorias para poder considerarse democrático.
Bolivia se halla dividida entre el gobierno, que pretende imponer una Constitución de contenido indigenista, considerada ilegal por la oposición debido a que no fue aprobada por dos tercios de los votos, y cuatro de los nueve departamentos del país, que pretenden la autonomía aprobada en referendo nacional en julio de 2006, pero declarada ilegal por la Justicia electoral.
Según el politólogo Carlos Toranzos, un proceso político que tiene tantos referendos (cuatro este año) indica que algo no está funcionando. No obstante, el gobierno está empeñado en ganar la consulta revocatoria del 10 de agosto. "Estamos en plena disputa contra quienes se están resistiendo a este proceso de cambio", dijo un vocero del gobierno.