La amistad se terminó antes de empezar el partido

La gran final. Miles de hinchas de Atlético fueron a alentar al equipo y quedaron molestos por el trato recibido.

ILUSTRE. El basquetbolista Oberto posa con un simpatizante “decano”.LA GACETA ILUSTRE. El basquetbolista Oberto posa con un simpatizante “decano”.LA GACETA
12 Junio 2008
CORDOBA (Enviado especial, Alfredo Aráoz).- Cuatro años y algunos días después, la imagen es la misma: un enorme camping sobre los rieles del Ferrocarril Belgrano y las botellas descartables sobre el cordón de la avenida Malvinas. Una señora de ruleros, un mecánico con las manos grasientas y el único locutorio a la redonda son testigos de una fiesta que empezó a las 9. "La mayoría acampó y no se movió mucho. Vinieron a comprarme cervezas, pero no pensaba que iban a ser tantos", cuenta el empleado, cuyo nombre se reserva para evitar problemas.
Sucede que las populares cuestan, finalmente, $ 40 y muchos no llegan. Así es que se animan a entrar al locutorio, pedirle al muchacho una fotocopia color de la entrada celeste que tiene un sellito rojo. Si pasa, pasa. "¿Sabés lo que pasa, loco? Hace 22 años que no salimos campeones. Y no vamos a comernos semejante viaje para quedarnos afuera", explican, arrancando una sonrisa cómplice.
El viaje en cuestión se largó a la madrugada. Y fue una fiesta. Eso sí: la primera parada, en Frías, resultó desagradable. Los policías se subieron con itakas a los ómnibus e hacieron bajar a todos. "A ver los bolsos", dijeron. Pero no hubo detenidos.
Ya en Córdoba, los micros empezaron a estacionar por los bulevares que lindan con la cancha. A las 10, la cola ya superaba la cuadra para conseguir una entrada. Muchos insultaron cuando se enteraron del precio. "En Tucumán hay que cobrarles $ 100. Si van a ir 500 tipos", dijeron los que se olvidaron de la amistad con Racing, como pasó entre los dirigentes. El clima estaba tan caliente que pasaron dos hinchas cordobeses con ganas de cambiar la camiseta y los mandaron a la casa. A seis kilómetros, en la Terminal de ómnibus, seguían bajando las camisetas. Muchos preguntaban si había estreno de la blanca con azul y querían saber cuánto costaba. En Nueva Córdoba, desde algunos edificios el humo se escapaba como si fuera una cancha. Adentro estaban los estudiantes "decanos", que recibieron a los amigos. El "Turco" fue uno de ellos: estaba tan emocionado por la final y por la llegada de su papá que, después de sacar la entrada, fue a comprar el pan para el asado y se olvidó el celular.
Pasó la sobremesa, las parrillas de los choripanes eran un éxito y muchos llegaron a la puerta de la cancha cuando eran las 17. "Todavía no se habilitó el estadio", informaban los policías. Y se hicieron las 18 cuando el camping se levantó. La bandera abrigó la ilusión y los conocidos del Monumental empezaron a encontrarse en la tribuna visitante.
El ingreso al estadio no fue sencillo. Los cordobeses cobraron precio de "Eurocopa" las entradas, pero las comodidades ofrecidas fueron mínimas. Los policías fueron demasiado estrictos e impidieron el ingreso de la "bandera telón" que llevaban y eso provocó un incidente que no pasó a mayores. El malestar se notó minutos antes del partido cuando hubo insultos para la delegación de Racing.
Así fue la previa de una final que despertó el interés en hinchas de otros clubes, como en un taxista de Instituto. "Todos nos merecemos un ascenso, pero los de Racing son poquitos. Durarían media temporada", acotó.

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