La política ruralizada

La política ruralizada

Análisis. Por Mariano Spezzapria - Columnista de NA.

22 Mayo 2008
B uenos Aires.- El conflicto agrario caló tan hondo en la política argentina que toda la expectativa está centrada estos días no sólo en los nuevos contactos del Gobierno con el campo, sino fundamentalmente en el acto que las entidades convocaron para el 25 de mayo en el Monumento a la Bandera de Rosario. Tanta expectativa se entiende porque el país podría asistir a un hecho político paradójico: que un gobierno de signo peronista deba soportar una manifestación masiva en su contra cuando, en rigor, la distinción histórica del movimiento pasó siempre por el dominio y el ejercicio de las movilizaciones populares.
 Por eso el Gobierno decidió en las últimas horas librar una batalla con el campo más allá del resultado que surja de la nueva ronda de negociaciones: esa disputa de fondo pasará por un intento concreto de volcar a la opinión pública contra las entidades agrarias y, especialmente, contra alguno de sus dirigentes. Está claro que el blanco predilecto del Gobierno es el combativo dirigente entrerriano Alfredo De Angeli. “Nosotros tenemos a D´Elía y por eso nos comemos más de un garrón, pero ellos tienen a De Angeli y eso también les va a salir caro”, deslizó un funcionario K sobre la estrategia oficialista. La jugada ya está a la vista: la Secretaría de Medios puso al aire un spot en el que se presenta al Gobierno con una actitud conciliadora con el campo y que muestra a De Angeli en una postura beligerante, amenazando con “matar a todas las vacas”. El spot también cuestiona a Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria.
El kirchnerismo también detectó que para resguardar la imagen presidencial, Cristina Kirchner debe desvincularse de las negociaciones con las entidades del agro, por lo que la mesa chica del Gobierno definió que sean Alberto Fernández y el ministro de Economía Carlos Fernández los que se encarguen de eso.
Pero también definió la mesa chica que Néstor Kirchner baje su nivel de exposición pública, porque cada una de sus intervenciones oradaba a su esposa y quedaba flotando en el aire la sensación de que el poder real sigue estando en las manos del ex presidente.
La administración kirchnerista intentará revertir esta tendencia no sólo espaciando los discursos públicos de Kirchner, sino también recobrando el impulso político a través del promocionado Acuerdo Social por el Bicentenario. Buscará lanzarlo el 9 de julio, pero antes debe cerrar el conflicto con el campo. Ese lanzamiento estaría acompañado, también, por una reformulación del Gabinete, que incorporaría a nuevas figuras ante el desgaste de algunos funcionarios que permanecieron de la gestión anterior y cuyo recambio apuntaría ahora a fortalecer políticamente a la Presidenta.

Comentarios