El héroe regresa

La esperada cuarta pelicula de la saga de Indiana Jones se proyectará hoy en el tradicional festival de Cannes. A los cines tucumanos llegara el jueves, en coincidencia con el resto del mundo.

EXPECTATIVA. A pesar del total hermetismo en torno a la trama, se sabe que Harrison Ford deberá correr para evitar que los nazis se apoderen de una calavera. ALLMOVIEPHOTO EXPECTATIVA. A pesar del total hermetismo en torno a la trama, se sabe que Harrison Ford deberá correr para evitar que los nazis se apoderen de una calavera. ALLMOVIEPHOTO
18 Mayo 2008
Indiana Jones no revela sus secretos muy fácilmente. Y tampoco lo hace el hombre que controla su destino. El director Steven Spielberg ha intentado mantener la cuarta parte de las aventuras del arqueólogo aventurero, "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal", debajo de envolturas tan apretadas como las de una momia.
El sigilo ha generado una gran expectativa -y muchas dudas acerca de la calidad de la película- según reveló la agencia DPA mientras el director se prepara para revelarla frente a uno de los públicos más exigentes: el del Festival de Cine de Cannes. La película se estrenará hoy en el tradicional festival de cine francés, sólo cuatro días antes de su lanzamiento a nivel mundial. El jueves, la película llegará finalmente a Tucumán, en coincidencia con el resto de los cines del mundo, según confirmaron ayer los propietarios de las salas locales. "El estreno está asegurado. Hay mucha expectativa con esta película al punto tal de que mucha gente se ha acercado a la boletería para preguntar por la fecha de estreno", comentó Roberto Abdenur, propietario del cine Atlas.
Claro que la expectativa ha sido alimentada por el hermetismo con el que Spielberg ha manejado el estreno de la película. En momentos en que es posible ver adelantos de casi cualquier cosa por internet, en que abundan las páginas electrónicas de los fans y los videos a modo de diario donde los directores enseñan sus trucos, "Indy" regresa a la antigua, como a Spielberg siempre le ha gustado.
"El es el único en el mundo que mantiene sus cartas hacia abajo sobre la mesa hasta el último segundo", dijo el socio de Spielberg Jeffrey Katzenberg. "Y no hay nada que pueda disuadirlo de que sea así", agregó.
Revelar sus cartas en Cannes, donde hay un destacamento de periodistas y críticos mordaces, es una alta apuesta para Spielberg, para el productor ejecutivo George Lucas y la estrella Harrison Ford. Uno de los periódicos hollywoodenses, Variety, bromeó diciendo que Indiana Jones estaba entrando al "Reino de los cuchillos críticos" y reporteros también en tono jocoso dijeron que Cannes se convertiría en un nuevo "templo de fatalidad" para Indy.

Marcada por el éxito
El estreno de "El reino de la calavera de cristal", 19 años después de "La última cruzada", también tiene prácticamente asegurado su éxito de taquilla. Posiblemente para evitar que lo mismo le ocurra a su largometraje, Spielberg, Lucas y la distribuidora Paramount no dejaron a los críticos ver la película sino hasta unas cuantas horas antes de la premiere en Cannes. En una movida inusual, las pocas entrevistas con los actores en Cannes fueron programadas para hoy, antes de la que incluso puedan ver la proyección. La película es tan notable que los cineastas decidieron que no necesitan tanta publicidad.
Spielberg ha estado tan hermético que la co-estrella Karen Allen, quien salió en la segunda parte de la saga "En busca del arqca perdida" recordó que Spielberg inicialmente quería mantener en secreto su participación.
"Aun después de que se anunciara la película, la gente me llamaba para decirme: ?¡uh! que mal que no vayas a estar en esta película?. Tuve que seguir la corriente y decir, sí, es una pena", relató. "Cuando finalmente anunciaron que estaba en ella, fue un gran alivio", dijo.

Análisis
Una campera, un látigo y un sombrero
Por Juan Carlos Di Lullo - Redacción de LA GACETA.


Hay una verdad indiscutible en el mundo del espectáculo: no hay fórmula infalible para el éxito. Es por eso que, cuando se encuentra una idea, una historia o un personaje que produce un fuerte impacto entre los espectadores, se lo cuida como el oro. Sin embargo, abundan los ejemplos que demuestran que la frontera entre el aprovechamiento sensato e inteligente de un éxito y el abuso y la deformación de una buena idea está marcada apenas por una delgada línea. El caso de Indiana Jones muestra cómo una película exitosa y popular fue potenciando sus virtudes a lo largo de las tres entregas que conformaron la saga de las aventuras del indestructible arqueólogo hasta estos días previos al estreno mundial de la cuarta parte. Steven Spielberg, un hombre acostumbrado al éxito que también conoce el sabor amargo del fracaso, se tomó 19 años para decidir la continuidad de la historia de este profesor aventurero capaz de sobrevivir a cualquier peligro. Cuando se estrenó la primera parte en la Argentina, faltaban unos meses para que empezara la guerra de Malvinas; a la segunda la vimos durante la euforia de la democracia recién recuperada; la tercera llegó entre la hiperinflación y la asunción anticipada de Menem en lugar de Alfonsín; la cuarta llega rodeada de una enorme expectativa cuando todo aquello suena casi a historia antigua: una prueba más de la vigencia del personaje que ya inmortalizó como símbolos a una campera, un látigo y un sombrero.

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