"Ya no daba más, pobrecita. El tipo la molía a golpes. Era lógico que en algún momento reaccionara". De esta forma intentó justificar Andrea Domínguez el brutal ataque que conmocionó ayer a la siesta a los pobladores de Alderetes. Una mujer le asestó 28 puñaladas a su marido cuando este dormía en la habitación de su casa. Las heridas, afortunadamente, no fueron mortales.
Bruno Fernando Brito, de 27 años, y su esposa Fernanda D?Urso, de la misma edad, viven con su hijo de tres años en calle Junín s/n, a pocas cuadras de la plaza de Alderetes. La vivienda fue adquirida para la pareja por el padre de Brito, que además compró un remise para que su hijo trabajara. Fuentes policiales aseguraron que la mujer había denunciado en al menos tres ocasiones a su pareja por malos tratos. Afirmaba que el hombre la golpeaba y la sometía a maltratos psicológicos constantemente, incluso delante de su hijo. Un hermano de la joven aseguró ayer a LA GACETA que el ataque fue el corolario de un grave problema personal. "Ella va a aclarar todo en Tribunales", dijo el hombre, que no quiso identificarse, en la comisaría de Alderetes.
Aparentemente, ayer al mediodía la pareja discutió. Los investigadores no descartan que la mujer haya sido golpeada nuevamente, ya que presentaba un hematoma en la mejilla derecha. Tras el altercado, ella esperó a que Brito se durmiera, tomó un cuchillo de cocina y se abalanzó sobre él. Los médicos constataron que Brito recibió 28 puñaladas, sobre todo en el tórax, en la espalda y en el cuello. Los vecinos escucharon los gritos, fueron a ver qué pasaba y encontraron a Brito metido en el hueco que quedaba entre la cama y la pared, totalmente ensangrentado. La joven había corrido hasta el fondo y había arrojado el cuchillo por sobre la tapia.
Brito fue trasladado primero al Caps de la zona, y luego al Hospital Centro de Salud. Los médicos debieron trabajar rápidamente en el quirófano para evitar que el remisero se desangrara. Anoche se encontraba en estado delicado, pero, según el parte oficial, su vida no corría peligro.
Personal al mando de los comisarios Alberto Ponce, Carlos Páez, Francisco Ponce Madrid y Abel Soria buscó a la joven en la casa de un familiar, en Banda del Río Salí, y la detuvo. Luego secuestró el cuchillo y lo puso a disposición de la Justicia.
Los vecinos estaban alarmados. "Esto iba a terminar así. Parece que el tipo es violento. Incluso se dice que le había pegado al padre", afirmó Claudia Lozano. Rosa Hidalgo, por su parte, dijo que la joven les había pedido ayuda varias veces. "Cuando él le gritaba, ella salía corriendo y quería que la ocultáramos. No sé qué pasará ahora con ella", añadió.
La fiscala III de Instrucción, Teresita Marnero, tendrá a su cargo la investigación.