Sostiene que la baja del precio internacional de los commodities es un riesgo cierto para la Argentina. Y asegura que el país no está preparado para recibir un shock internacional de esas características. También entiende una reversión del ciclo de baja de la cotización externa del dólar también es factible y puede afectar seriamente a las finanzas nacionales. Y asegura que el gran problema es la inflación, que calculó entre un 25% y el 30% anual. “La mezcla de estos factores negativos nos augura períodos de cierta intranquilidad”, dijo en diálogo con LA GACETA el economista Gabriel Rubinstein, que estuvo de visita en Tucumán, adonde ofreció una charla, invitado por Arpenta Sociedad de Bolsa.
- ¿Qué puede hacer que baje el precio de los commodities y por qué el país no está preparado para un shock así?
- Entre otras cosas, porque hace cuatro años el superávit fiscal del Gobierno era explicado en un 60% por los commodities, y hoy está explicado por el 120%. Es decir, el país depende cada vez más de los commodities. Aumentó el gasto público fuertemente, y lo solventó con incrementos en las retenciones a las exportaciones. Por eso, hoy las finanzas son muy vulnerables a una reversión en este sentido.
- El campo dio una señal muy fuerte, con el paro, en el sentido de que no aceptarán un nuevo aumento en las retenciones. ¿Cómo puede hacer el Gobierno mejorar su performance fiscal? ¿De dónde saca la plata?
- El Gobierno debería hacer un cambio de política del gasto público, de los subsidios, de las tarifas... debería hacer un cambio muy grande, pero yo pienso que seguirá recurriendo a las retenciones. Podrá modificar el esquema actual, volver al anterior o ir hacia uno intermedio, pero va a seguir dependiendo de las retenciones. Y si bajan fuertemente los precios agrícolas internacionales, va a tener que bajar fuertemente las retenciones y ahí tendríamos un problema fiscal muy serio.
- ¿La clave pasa entonces por achicar el gasto público?
- Sí, pero ya es un poco tarde. Ya aumentó mucho y no puede bajar, entre otras cosas, porque se indexan... si no aumentan las tarifas, aumentan los subsidios, si aumentan los salarios, aumentan las necesidades de subsidios, si aumentan los salarios, aumenta la necesidad de remuneración. Es decir, los salarios indexan a la inflación, que es muy alta. Es todo un juego, un círculo vicioso, y el Gobierno no ha encontrado la manera de evitarlo y ahora tampoco encuentra la manera de salir.
¿La clave sería entonces cambiar la matriz, el modelo económico?
- Hay que cambiar la macroeconomía y la microeconomía, que da estímulos muy negativos a muchos sectores, todo lo contrario a lo que debiera ser. Y la macroeconomía ha tenido muchos errores y requiere ajustes integrales. No medidas aisladas.
- Los economistas sugieren desalentar la demanda, que viene fortalecida desde hace más de cinco años...
- La demanda está bajando. La actividad económica está bajando, no es la que dice el Gobierno. Es más baja. Pero seguramente la demanda se va a moderar sola, porque la alta inflación afecta a la actividad, al consumo. Probablemente vayamos a un aterrizaje fuerte, no suave, de continuar este piloto automático. Debería haber un conjunto de cambio de medidas para evitarlo, pero no hay perspectivas en este sentido. Es decir, las cosas van en una dirección, y el Gobierno sólo apela a forzar los controles y a seguir aumentando los impuestos. No hay nada que indique que el Gobierno vaya a cambiar su política.
- ¿El tipo de cambio actual, con las oscilaciones de las monedas en el ámbito internacional, qué tipo de consecuencias puede generar en la economía argentina?
- Si el dólar contra el euro se queda como está y el real también, igual va a haber una apreciación muy fuerte del peso contra el tipo de cambio real multilateral. Lo mismo que ya pasó con el dólar va a pasar ahora contra el euro y contra el real, porque la Argentina tiene una inflación de entre el 25% y el 30%. Entonces, va a haber una apreciación muy fuerte del tipo de cambio, y eso es algo que se va del modelo. Ya no estamos yendo a un cambio de modelo sin que los principales actores económicos lo quieran. No lo quiere la UIA y no lo quiere el Gobierno. Entonces, eso promete desorden. Porque cuando vamos a un cambio de modelo, esto debería ser algo asumido, no porque así lo deparen las circunstancias. Y que nadie lo quiera. Entonces, vamos a tener problemas por ese lado.
- ¿Es decir que, con este diagnóstico hecho el Gobierno debería dar un fuerte giro de timón?
- Debe ajustar varias cosas a nivel macro y micro, pero no hay señales de que el Gobierno lo vaya a hacer. Si hacen cosas aisladas será algo muy desordenado. Si mañana quieren llevar el dólar a $ 4, como algunos han dicho, sin ningún cambio, habrá un desorden mayor. Las medidas que tenga que tomar las tendrá que tomar en un contexto de mucho más orden económico, monetario, fiscal, diferente para alentar la inversión. Hay que hacer un cambio bastante grande para que las cosas dejen de ir hacia un terreno negativo.
- En función de este diagnóstico, ¿cómo observa los últimos acontecimientos en la economía internacional, a partir de la crisis financiera en Estados Unidos, que probablemente sea uno de los factores que potencien una eventual caída de los commodities?
- Son factores de riesgo adicionales, que no teníamos hasta ahora. El riesgo de caída de commodities es cierto. Recordemos que, cuando China pasó de crecer al 11% al 7% anual debido a la crisis asiática de 1997, 1998 y 1999, el precio de los commodities cayó un 40%. Y eso ayudó mucho a la caída de De la Rúa y de la convertibilidad. Nada dice que algo así no pueda volver a pasar.