"Me salvé de que me metan un tiro o una puñalada"

"En una familia siempre aparece una oveja negra, y ese fui yo", afirmó Moli, todo un personaje.

GENIO Y FIGURA. “Me tenían miedo porque chupaba y era muy loco”, reveló “La Mole” Moli.LA GACETA / HECTOR PERALTA GENIO Y FIGURA. “Me tenían miedo porque chupaba y era muy loco”, reveló “La Mole” Moli.LA GACETA / HECTOR PERALTA
17 Abril 2008
Simpático, convencido de lo que dice, verborrágico y con una personalidad avasallante. Así es Fabio "La Mole" Moli. El gigante cordobés se sacó los guantes y habló con LA GACETA sobre el hombre que pocos conocen; lejos del personaje, en la intimidad.

- ¿Cómo es Fabio Moli abajo del ring?
- Muy alegre y divertida. La gente me quiere porque soy transparente y carismático. Soy tranquilo, pero eso sí: que no me saquen de las casillas porque me pongo loco. Me considero un tipo bueno y familiero. Todo lo hago por mis hijos y por mi mujer.

- Esa especie de circo que se genera en la antesala de un combate, ¿es porque usted lo busca?
- Yo no armo nada. Tengo un cinturón que es mío y que lo gané. Hice un sacrificio de la p... madre para ganarlo y no quiero que venga ni Pucheta ni nadie a quitármelo. Siempre digo que yo pongo en juego mi título, pero ellos, la cabeza.

- Entonces al que buscan es a usted.
- Si vamos a conversar bien con mi rival, conversamos. Ahora, si me sacan de las casillas, me pongo reloco de la cabeza.

- ¿En su niñez era de pelearse con los chicos del barrio?
- Nací a los gritos y viví toda mi vida peleando. Por suerte tuve padres muy buenos. Pero siempre en una familia aparece una oveja negra y ese fui yo. Nunca me gustó estudiar, viví peleando en la calle. Luego entré en un ambiente en el que no tendría que haberme metido: el alcohol, la noche y la joda. Estuve preso también, pero siempre por pelear. Nunca robé ni hablé mal de nadie. Hasta que una tarde apareció Bladimiro Sodero y me preguntó si quería boxear. Le dije que sí, y empezó todo.

-¿Su mujer y sus hijos tienen miedo cada vez que se sube a un ring?
- No, no. Mi "Negra" se crió a una cuadra de mi casa. Sabía lo que era, ella estaba acostumbrada a verme pelear. Cuando uno sube a un ring es para cagarse a trompadas y listo. Tanto mi ?vieja? como mi señora están acostumbradas. Mis hijos tal vez sufren un poco, pero más el varón de 14 años. Desde que nació lo llevé conmigo, lo crié y le cambié los pañales. Dos días antes de cada pelea sufre cuando llegamos a un hotel. Para él, esos dos días son interminables. Pero continuamente le hablo y le digo que se quede tranquilo.
- ¿Por qué eligió ser boxeador profesional?
- Soy de una familia muy trabajadora que laburó siempre: construcción, albañilería, y cuando no tenía trabajo me iba a levantar bolsas o fardos. Era capaz de hacer cualquier cosa para llevarles la comida a mis hijos. A mi "viejo" le gustaba mucho el ciclismo -tuvo un hermano que fue un monstruo- y también le gustaba el boxeo. Yo elegí el boxeo, mi "viejo" me apoyó y acá estamos.

- ¿Fue mujeriego?
- No, siempre fui muy tímido. Además, me tenían miedo porque chupaba y era muy loco. Los padres cuidaban mucho a sus hijas y no querían que tuvieran relaciones conmigo. Cuando estaba fresco era tímido, pero cuando estaba chupao (sic), ¿quién se arrimaba? ¿Quién quería salir a bailar conmigo? Nadie. Pero tuve la suerte de engancharme con la que hoy es mi mujer, y le estoy agradecido a Dios y a la Virgen.

- Si no hubiese sido boxeador, ¿qué le habría gustado ser?
- Lo pienso mucho. Siempre fui laburador; podría haberme dedicado a otra cosa o seguir en la construcción. Pero si seguía con la vida que tenía antes me habrían metido un tiro o una puñalada.

- ¿Alguna vez le hicieron alguna propuesta deshonesta de trabajo o le ofrecieron droga?
- De trabajo no, pero me ofrecieron droga.

- ¿La aceptó?
- No, ni ahí, la rechacé en el acto. Le dije: no loco, si vos te dedicás a esto está todo bien, pero conmigo no vas a tener suerte.

- ¿Qué hará cuando deje de boxear?
- Tengo un gimnasio en Córdoba y estoy instalando otro a todo trapo. Seré técnico, manager y promotor a la vez.

- ¿Comparte mucho tiempo con su familia?
- Si me hubiesen peguntado esto tres o cuatro años atrás, hubiese dicho que no. Ahora me voy al gimnasio por la mañana, salgo a las cuatro de la tarde y luego me voy a mi casa. Antes, en lugar de regresar a mi casa, andaba por cualquier lado.

- Usted fue un boxeador muy criticado.
- Me dolieron mucho las críticas y reaparecí por eso. Que a un tipo de 38 años lo crean viejo e inútil me dolió mucho. Pero más que nada volví por mis hijos.

- ¿Se considera una persona romántica?
- Muy romántico, terriblemente romántico. No me levanto nunca de mal humor. Le doy gracias a Dios por la mujer que tengo, la abrazo mucho y converso mucho con ella. Hoy en día, mi vida es mis hijos, mi mujer y mi "vieja".

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