La Presidenta obró el milagro

La Presidenta obró el milagro

Análisis. Por Carlos Abrehu - Secretario General de Redacción.

26 Marzo 2008
Cristina Fernández de Kirchner produjo el milagro: resucitó el cacerolazo cívico, que esta vez protestó contra su gobierno en la Plaza de Mayo y en otras ciudades del país, entre ellas, San Miguel de Tucumán. Su agresivo discurso de anoche contribuyó a enrarecer el clima en la nación política, cuando en verdad se esperaba de ella un gesto que obligara a la otra parte -las organizaciones del campo- a revisar posiciones. Las intransigencias envenenan a la Argentina de hoy y los maquillajes ideológicos sólo sirven para disfrazar los errores en el abordaje de los problemas. Con estilo autoritario, CFK rebanó ingresos al campo y desató reacciones solidarias entre productores pequeños, medianos y grandes. La subida de las retenciones desestabilizó la economía rural y sensibilizó a miles de familias en cientos de fincas y poblaciones. El costo de las decisiones inconsultas de la Casa Rosada lo pagan los gobernadores oficialistas con sus imágenes y con la pérdida de ingresos no coparticipables. José Alperovich osciló entre las temerarias acusaciones del jueves pasado -habló de una cumbre del egoísmo- y la prudencia de ayer. Perdió funcionarios y no desactivó la irritación que causó su férreo alineamiento con la política económica: fruto de ello fue la concentración en la plaza Independencia. La continuidad del paro por tiempo indeterminado presagia momentos inquietantes. Pero mayor gravedad reviste la intolerancia kirchnerista, que no acepta los disensos en democracia y acude a la fuerza.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios