03 Marzo 2008 Seguir en 
FIESTA DE COLORES. Calle 13 montó un show diferente en Argentina. TELAM
BUENOS AIRES.- La banda puertorriqueña Calle 13 pasó anoche como un huracán por el Luna Park desbordado de un público frenético que bailó y cantó durante una hora y media sus explosivas canciones de reggaetón mezclado con estilos como rap, cumbia, tango, rock y sonidos andinos.
Una marquesina sobre el escenario que presentaba al “Circo Calle 13”, hecha con luces de camerino, auguraba el desembarco en escena de malabaristas con clavas blancas y de colores flúo, y de un acróbata que giraba dentro de una rueda inmensa, mientras empezó a sonar el tema “Intro”, pasadas las 22.30.
René Pérez, conocido como “Residente”, cantante del grupo, ingresó al escenario en medio de los gritos del colmado estadio para arrancar con la pegadiza “Suave”, mientras se lucía la banda integrada por guitarra, bajo, batería, dos percusiones, tres vientos y coros.
Este dúo de medio hermanos que en tres años y dos discos revolucionó el reggaetón y consiguió trascender sus fronteras logró que un estadio entero se pusiera a cantar letras como “Tú tienes el pudín como me gusta, estirao con estrías como de repostería, con la falda corta al estilo de Miami enseñando la mitad del salami”.
Llegaría “Un beso de desayuno” (donde Residente aclaró: “para que vean que yo también escribo cosas bonitas”) y donde hizo subir a una chica al escenario para cantarle la letra, paralizada por estar junto a su ídolo, a diferencia de otras cinco que no dejaron de bailar muy sensuales y cerquita del cantante, para la siguiente invitación, “Se vale to-to”.
Llegó “La Jirafa” y la despedida con el explosivo “Tango del pecado”.
Un público que pedía el regreso mientras coreaba “Calle 13” y la vuelta al escenario, a fuerza de celulares encendidos, ocurrió con “Cabeceo”, el divertido “Japón” y el Luna encendido por completo para el esperado y muy radiado “Atrévete-te-te”, que puso fin a la noche. (Télam)
Una marquesina sobre el escenario que presentaba al “Circo Calle 13”, hecha con luces de camerino, auguraba el desembarco en escena de malabaristas con clavas blancas y de colores flúo, y de un acróbata que giraba dentro de una rueda inmensa, mientras empezó a sonar el tema “Intro”, pasadas las 22.30.
René Pérez, conocido como “Residente”, cantante del grupo, ingresó al escenario en medio de los gritos del colmado estadio para arrancar con la pegadiza “Suave”, mientras se lucía la banda integrada por guitarra, bajo, batería, dos percusiones, tres vientos y coros.
Este dúo de medio hermanos que en tres años y dos discos revolucionó el reggaetón y consiguió trascender sus fronteras logró que un estadio entero se pusiera a cantar letras como “Tú tienes el pudín como me gusta, estirao con estrías como de repostería, con la falda corta al estilo de Miami enseñando la mitad del salami”.
Llegaría “Un beso de desayuno” (donde Residente aclaró: “para que vean que yo también escribo cosas bonitas”) y donde hizo subir a una chica al escenario para cantarle la letra, paralizada por estar junto a su ídolo, a diferencia de otras cinco que no dejaron de bailar muy sensuales y cerquita del cantante, para la siguiente invitación, “Se vale to-to”.
Llegó “La Jirafa” y la despedida con el explosivo “Tango del pecado”.
Un público que pedía el regreso mientras coreaba “Calle 13” y la vuelta al escenario, a fuerza de celulares encendidos, ocurrió con “Cabeceo”, el divertido “Japón” y el Luna encendido por completo para el esperado y muy radiado “Atrévete-te-te”, que puso fin a la noche. (Télam)
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