Festejaron atentos a la sirena para correr a salvar vidas

Festejaron atentos a la sirena para correr a salvar vidas

Médicos del servicio de emergencias del Siprosa trabajaron sin descanso durante Año Nuevo. En las ambulancias, atendieron heridos por accidentes, incendios y peleas. Una tarea ardua y cargada de presiones.

SIEMPRE ALERTA. Mientras los tucumanos festejaban, los médicos de Emergencias del Siprosa se dedicaron a auxiliar a quienes lo necesitaban. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO SIEMPRE ALERTA. Mientras los tucumanos festejaban, los médicos de Emergencias del Siprosa se dedicaron a auxiliar a quienes lo necesitaban. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
02 Enero 2008
No es una noche cualquiera. Saben que la llegada del nuevo año no será entre copas y festejos con amigos y familiares. Atentos al sonido de la sirena de la ambulancia, ellos están listos para correr ante la emergencia. No es fácil, pero los empuja la pasión. Porque la salud no tiene días ni horarios. Porque en las calles el peligro acecha; mucho más aún cuando es día de fiesta y se bebe mucho alcohol.
LA GACETA acompañó al servicio de emergencias del Siprosa durante el fin de año y compartió con médicos y enfermeros el desafío de atender todo tipo de urgencias. Alrededor de 20 personas, entre profesionales, choferes, operadores y telefonistas, estuvieron afectados a la guardia.
Minutos después de las 23 comenzaron las corridas. Esta vez, insólitamente, no hubo que trasladarse mucho. El accidente ocurrió justo al frente del servicio, en la avenida Brígido Terán al 300. El conductor de una combi había perdido el control; el rodado se subió a la vereda e impactó contra un árbol y contra un auto que estaba estacionado en la calle. Casi todo el personal médico corrió en auxilio.
El trabajo no fue fácil. El joven conductor se negaba a ser atendido. Su hermano de 12 años, que viajaba con él, sólo presentaba una crisis nerviosa. El doctor Miguel Frontini calmó al niño mientras lo atiendía. Es parte de la tarea tratar de brindar a la víctima la mayor tranquilidad posible. Más tarde, la madre de los jóvenes llegó al lugar y debió ser atendida porque tuvo una crisis nerviosa.

Nuevas corridas
Minutos después de la medianoche, cuando los médicos habían decidido hacer un pequeño brindis, el pedido de apoyo de un móvil de la localidad de Piedrabuena (a 80 km al este de la capital) inició las corridas nuevamente. La ambulancia llevaba tres víctimas de un accidente, uno de ellos ya había fallecido. Los médicos atendieron a los heridos. Su función fue que las víctimas se mantuvieran estables hasta llegar a un hospital.
La radio no les dio respiro. Un nuevo llamado advirtió sobre un incendio en Alderetes: había que asistir a varios bomberos que presentaban principio de asfixia. Tres ambulancias llegaron al lugar para atenderlos.
Apenas regresaron a la base, se presentó otra emergencia. Un vehículo había volcado en Burruyacu. Dos de sus ocupantes estaban muy graves. Luego de una hora de viaje, llegaron al hospital.
En un nuevo hecho, esta vez en Lastenia, los vecinos reclamaron que la ambulancia había tardado en llegar para asistir a un hombre que estaba herido en la calle. Los  médicos intentaron calmarlos. “Lamentablemente, no todos los automovilistas respetan la prioridad en el paso, nos complican mucho”, dijo Juan, chofer del móvil.
Luego de esto, la noche comenzó a despedirse, pero el trabajo de estas personas continuará. Mañana, otros rostros realizarán las mismas tareas, otros serán los nombres en las planillas, otras las historias para un mismo trabajo.

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