29 Diciembre 2007
SIN RESPUESTAS. Los jugadores brillan con sus éxitos, mientras que los dirigentes siguen sin ponerse de acuerdo.LA GACETA
No hubo sorpresas en la asamblea extraordinaria de la Unión Argentina de Rugby (UAR). Las 25 Uniones rechazaron el anteproyecto que había elaborado la entidad madre del rugby nacional para cambiar los estatutos. No obstante, dos posturas quedaron marcadas con nitidez: el interior -24 Uniones- se movió en bloque, y Buenos Aires (la URBA) lo hizo en soledad y quedó en una incómoda posición al cabo de las deliberaciones.
Buenos Aires mocionó un rechazo liso y llano del anteproyecto, mientras que el interior también vetó la propuesta, aunque pidió que se elaborara un nuevo plan, de manera consensuada, con miras a un próximo encuentro. Esta fue la postura que primó, ya que la UAR convocó a una nueva asamblea extraordinaria para el 11 de febrero.
Hasta entonces, dos comisiones integradas por dirigentes de todo el país trabajarán en un nuevo proyecto. Entre el 27 y el 28 de enero tendrá lugar un cónclave, en Córdoba, donde se debatirán los principales puntos de esta propuesta. Buenos Aires será invitada a formar parte de estas comisiones, aunque la postura que adoptará la URBA de aquí en más es una incógnita. Ayer, los directivos porteños se marcharon con caras largas de la asamblea.
Las 24 Uniones del interior están de acuerdo en varios aspectos que tienen que ver con la profesionalización de los seleccionados nacionales. Uno de los puntos fuertes en discusión, que el bloque está dispuesto a defender como una bandera, es un cambio en la proporcionalidad de los votos (hoy Buenos Aires cuenta con más del 44%, que le da una fuerza imbatible). También se luchará por mantener la representatividad de las Uniones, teniendo en cuenta que en el anteproyecto rechazado el poder pasaba directamente a los clubes. Algo está claro: esta historia está lejos del final.
Buenos Aires mocionó un rechazo liso y llano del anteproyecto, mientras que el interior también vetó la propuesta, aunque pidió que se elaborara un nuevo plan, de manera consensuada, con miras a un próximo encuentro. Esta fue la postura que primó, ya que la UAR convocó a una nueva asamblea extraordinaria para el 11 de febrero.
Hasta entonces, dos comisiones integradas por dirigentes de todo el país trabajarán en un nuevo proyecto. Entre el 27 y el 28 de enero tendrá lugar un cónclave, en Córdoba, donde se debatirán los principales puntos de esta propuesta. Buenos Aires será invitada a formar parte de estas comisiones, aunque la postura que adoptará la URBA de aquí en más es una incógnita. Ayer, los directivos porteños se marcharon con caras largas de la asamblea.
Las 24 Uniones del interior están de acuerdo en varios aspectos que tienen que ver con la profesionalización de los seleccionados nacionales. Uno de los puntos fuertes en discusión, que el bloque está dispuesto a defender como una bandera, es un cambio en la proporcionalidad de los votos (hoy Buenos Aires cuenta con más del 44%, que le da una fuerza imbatible). También se luchará por mantener la representatividad de las Uniones, teniendo en cuenta que en el anteproyecto rechazado el poder pasaba directamente a los clubes. Algo está claro: esta historia está lejos del final.
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