
La historia de Catupecu Machu es muy particular, tiene muchos matices. Y parece no tener fin. Todo empezó en el barrio porteño de Villa Luro allá por 1995. Los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz formaron esta banda que proponía un sonido distinto y original en nuestro rock. Fueron creciendo con discos de estudio y en vivo hasta “Cuadros dentro de cuadros”, que los ubicó muy cerca de los oídos de muchos. Más tarde vino “El número imperfecto”, y despues la tragedia, el milagro.
EL 31 de marzo de 2006, Gabriel Ruiz Díaz se accidentó en su auto en Palermo; sufrió fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica y contusión pulmonar. Ese día, los médicos decían: “tiene muy pocas chances de sobrevivir, hay que esperar lo peor”.
Y hoy, un año y medio después, Gaby sigue recuperándose, confirmando el milagro, escuchando los rezos de miles y luchando hasta las últimas consecuencias.
La banda siguió adelante en todo este proceso. Viviendo ese “Viaje del miedo” que hoy es canción con melodía y letra desgarradorra que está incluida en su nuevo disco, “Laberintos entre aristas y dialectos”. Hoy los Catupecu Machu se muestran unidos, cuentan cómo fue grabar por primera vez sin Gaby, el verdadero creador en las consolas. Dicen que aunque Gabriel no estuvo físicamente en el estudio, cada vez que tenían dudas las despejaban pensando cómo actuaría Gaby.
El nuevo CD de Catupecu afirma lo que vienen haciendo hace ya más de una década: vanguardia, sonido diferente y estilo propio. Y allí sigue Dominga, la mamá de los Ruiz Díaz, muy cerca de su hijo Gabriel en la lucha diaria.
Y ahí está Fernando, muy cerca siempre de la música, sosteniendo con acordes y frases el momento que les toca vivir. Y ahí está Gaby, muy cerca de todos nosotros.