Multitudes siguen desafiando a los represores en Birmania

Multitudes siguen desafiando a los represores en Birmania

Se teme que la cantidad de muertos sea considerablemente mayor que la cifra oficial. Policías levantan barricadas en Rangún. Los manifestantes emplean tácticas en las protestas. No se ve a los monjes.

UNICA HUELLA. Sólo quedaron sandalias de manifestantes luego de una carga de soldados en Rangún. REUTERS UNICA HUELLA. Sólo quedaron sandalias de manifestantes luego de una carga de soldados en Rangún. REUTERS
29 Septiembre 2007
RANGUN, Birmania.- Por tercer día consecutivo, multitudes de civiles desafiaron ayer a las fuerzas policiales y militares birmanas, que levantaron barricadas en el centro de Rangún para impedir más protestas contra 45 años de gobierno militar y por las crecientes dificultades económicas en Myanmar, la antigua Birmania. En medio de las escaramuzas, grupos de varios cientos de hombres y mujeres gritaban en inglés: “¡púdrete, ejército. Sólo queremos democracia!”. Los manifestantes desaparecían en el laberinto de estrechas calles de Rangún y reaparecían para continuar con su descarga contra la violencia en cualquier otro lado de una ciudad, cuyos habitantes temen que se repita lo sucedido en 1988, cuando el Ejército mató 3.000 personas al aplastar una revuelta en reclamo de elecciones democráticas.

Cortaron internet
Se oyeron andanadas de disparos, pero no hay cifras oficiales sobre muertos o heridos. La junta militar ordenó cortar las conexiones a internet para evitar que se filtren informes al exterior. Según una diplomática sueca, no menos de 35 personas podrían haber muerto ayer a manos de las fuerzas de seguridad birmanas. La televisión birmana controlada por el régimen habló de 10 muertos en las protestas del miércoles y del jueves, entre ellas un fotoperiodista japonés. Pero diplomáticos occidentales en Rangún sospechan que la cifra podría ser considerablemente mayor.
Ayer no se vio entre la gente a los monjes budistas, que convirtieron lo que comenzó siendo pequeñas protestas contra el alza de los precios del combustible en un levantamiento masivo, dando su enorme peso moral a manifestaciones contra la junta militar. Algunos monjes declararon a emisoras extranjeras que no cederán. Hablando en condición de anonimato, agregaron que formaron un frente unido de clérigos, estudiantes y activistas para continuar la lucha.
La Unión Europea convocó a un importante diplomático de Myanmar en Bruselas y le advirtió que endurecerán las sanciones contra la junta militar a menos que ponga fin a la represión. La junta dijo a los diplomáticos extranjeros reunidos en la nueva capital de Myanmar, Naypyidaw, que mostrará moderación en su respuesta a las protestas. Sin embargo, continúan los arrestos nocturnos de opositores. (Télam-Reuter)

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