Atlético fue derrotado en Jujuy, en un partido con clima de guerra

Hubo múltiples agresiones de la hinchada de Talleres. El "decano" jugará con Brown, de Madryn.

ESCANDALO. Víctor Taberna yace en el césped, después de ser golpeado por un trozo de cemento. Paratore lleva el proyectil en una mano. LA GACETA / C ESCANDALO. Víctor Taberna yace en el césped, después de ser golpeado por un trozo de cemento. Paratore lleva el proyectil en una mano. LA GACETA / C
30 Abril 2007
Talleres se jugaba la permanencia en el Argentino "A" contra Atlético Tucumán, y sus hinchas instalaron un clima bélico antes, durante y después del partido, que se disputó en el estadio "Plinio Zabala", de Perico. Las agresiones contra los tucumanos se multiplicaron, amparadas por la llamativa pasividad de los efectivos policiales. La victoria fue para los jujeños, por 3 a 2, y les permitió zafar del descenso directo, aunque deberán disputar una Promoción. Los "decanos" resignaron un invicto de ocho partidos, aunque de todos modos cerraron su partipación en el Clausura en el primer lugar de la tabla general. En la primera ronda de los play-offs, Atlético se medirá con Brown, de Puerto Madryn.
Los incidentes comenzaron antes del partido, cuando desde la tribuna cayó un palo que casi impactó a Andrés Jemio. En el entretiempo, cuando los jugadores se marchaban al vestuario, un proyectil golpeó a Víctor Taberna. Cuando el fotógrafo de LA GACETA se acercó al lugar, fue agredido por un empleado del club, identificado como Roberto Scalier. Después, una bomba de estruendo explotó dentro del vestuario visitante. En el complemento, los hinchas locales rompieron el alambrado. Insólitamente, el árbitro Maximiliano Stevenot hizo seguir el partido. Carlos Hasbani, presidente de Atlético, adelantó que presentarán un reclamo ante la AFA.