Los aceites minerales pulverizables se usaron en la agricultura como insecticidas desde los 70, primero como emulsiones de kerosén y, luego, de aceites livianos. Eran tóxicos para los insectos, pero dañaban a las plantas y el medio ambiente, señaló a LA GACETA Rural Emilio Alvarez Cañedo, especialista en aceites pulverizables, de la firma Gulf Oil Argentina SA.
En 1914, GP Gray y ER de Ong, investigadores de la Universidad de California, descubrieron que el daño a la planta podía minimizarse si el aceite era tratado con ácido sulfúrico para mejorar su proceso de refinación. Pero el tratamiento con este tipo de aceites era caro, pues debían utilizarse cantidades considerables de la emulsión para que sea efectiva.
Tras la Segunda Guerra Mundial tomaron gran impulso los insecticidas sistémicos, ya que se valoraba su efectividad y efecto residual. La creciente preocupación por los peligros de los residuos químicos en los cultivos y la aparición de gran cantidad de nuevas plagas resistentes, producto del uso indiscriminado de estos plaguicidas, condujo a un renovado interés en el uso de pesticidas relativamente seguros, como los actuales aceites pulverizables.
El éxito en la aplicación de los aceites minerales en el control de plagas en árboles frutales se basa en tres principios fundamentales: la calidad del producto, el momento de la aplicación, y la forma de aplicación. Para el logro del objetivo, deben estar correctamente alineadas las tres variables. Es por eso que Gulf Oil trabajó estrechamente con los más importantes productores de cítricos argentinos y del exterior, en la capacitación para optimizar esta herramienta.
Hoy en día, los modernos aceites pulverizables Argenfrut Supreme de Gulf Oil, además de tener un altísimo residuo no sulfonable y el rango de destilación más estrecho del mercado, lo que garantiza una altísima eficacia, están libres de compuestos aromáticos y aromáticos policíclicos, cumpliendo con los estándares de pureza descriptos por la FDA para el contacto con alimentos. La tendencia mundial en este sentido es la de usar, cada vez en forma más extendida, estos aceites minerales calidad superior, ofreciendo al mercado spray oils de creciente eficacia y seguros para los consumidores, las plantas, los operarios y el medio ambiente.