Las normas Euregap aseguran calidad

PANORAMA RURAL por Ernesto José Caram. Aplicar este protocolo exigido por los mercados mundiales ayuda a mantener o ganar nuevos clientes. Las producciones que no cuentan con esta certificación solo podrán venderse en el mercado interno.

25 Noviembre 2005

EurepGap es un protocolo que toma como base la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y que busca garantizar desde el mismo campo la calidad de la materia prima, que luego terminará siendo consumida por el hombre o bien llegará como alimentos para la producción animal.
Uno de los principales pilares sobre los que se sustenta este protocolo es el de preservar la salud, la seguridad y el bienestar tanto de los trabajadores que producen los alimentos como el de los consumidores, además de hacer cumplir a los productores con la legislación vigente del país de origen.
Esta normativa que nació dentro de una asociación que reúne a los supermercados europeos líderes en el sector alimentario, tuvo como objetivo exigir a sus proveedores que, para producir alimentos de calidad, primero había que tratar a los operarios que los producían en forma digna, con normas similares a las exigidas a los empresarios en Europa, además de mantener los establecimientos agropecuarios bajo estrictas normas de higiene, orden, seguridad y salubridad.
Estas exigencias que buscan la obtención de alimentos inocuos para los consumidores europeos, terminó indirectamente mejorando las condiciones laborales de los operarios de los establecimientos que los producirían en origen.

Empresas
EurepGap, que es hoy el principal documento de referencia en las Buenas Prácticas Agrícolas, tuvo hasta 2004 más de 160 empresas a nivel país certificadas, lo que representaba más de 20.000 hectáreas bajo cultivo que, además de cumplir con estas normas, eran además auditadas por organismos certificadores calificados a nivel internacional.
En Tucumán, el ámbito citrícola es donde se encuentran las principales empresas certificadas, encontrándose tanto establecimientos integrados en forma vertical o bien productores independientes, que entendieron que la única manera de que sus producciones puedan llegar a los mejores mercados sería a través de la certificación con las normativas europeas.
Los que tienen la oportunidad de recorrer los establecimientos citrícolas tucumanos (Argenti Lemon SA; Citrusvil SA; SA San Miguel; Citromax; Vicente Trapani y un gran número de productores independientes) pueden comprobar el gran orden que reina en las oficinas de campo, en los galpones, en los depósitos de agroquímicos y en los parques de maquinarias. Además hacen gala de una gran limpieza, preservando los espacios libres sin plantación, los cauces de aguas y la protección de la flora y la fauna autóctona del lugar, preservándolas y brindando sustentabilidad al sistema productivo.
Esos son ambientes muy ordenado, con oficinas de personal equipadas con moderna tecnología, baños perfectamente higienizados y comedores preparados adecuadamente, que permiten que los operarios del campo encuentren en esos lugares, ubicados en el mismo campo, un sitio agradable para disfrutar de los momentos personales que le permitirán higienizarse, alimentarse y esparcirse de manera digna.
Estos protocolos son reconocidos en el mundo entero por las exigencias a los dueños de los establecimientos en el cumplimiento de la responsabilidad social y ambiental, en sus postulados y producciones en forma responsable. Esas producciones son sinónimos de confianza respecto del consumidor, en aspectos que tienen que ver con la inocuidad del producto.
Si bien EurepGap es un protocolo voluntario y no vinculado a la Unión Europea, por lo que no hay ninguna ley que exija su obligatoriedad (si sólo lo puede exigir el comprador), es importante que todas las empresas tomen conocimiento de esas exigencias, ya que en el corto plazo las producciones que no cuenten con esta certificación sólo podrán venderse cuando en el mercado haya escasez de productos certificados.
Los productores citrícolas lo entendieron así y hoy lideran el paño limonero del mundo con mayor superficie implantada con limones certificados bajo estas exigentes normativas europeas. Antes, está claro que es preciso conocer las exigencias de los mercados de destino para poder llegar con alimentos de calidad.
Es preciso entonces que los empresarios se convenzan que adecuarse a las normativas exigidas por los países desarrollados será la mejor manera para mantener o ganar nuevos clientes.

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