Obra inédita del memorable Juan Alfonso Carrizo

Por Carlos Paez de la Torre (h)

06 Junio 2004
La Academia de Ciencias y Artes de San Isidro ha editado un trabajo póstumo de Juan Alfonso Carrizo (1895-1957) , el justamente célebre recopilador y estudioso de nuestra poesía tradicional.
El tomo, de 470 páginas, abarca la temática de los cantares hispanoamericanos de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, Santo Domingo y Venezuela. Cada apartado comienza con los antecentes históricos, y luego entra en materia. En el caso de la Argentina, por ejemplo, abarca "cantares en quichua, romances, rimas infantiles, décimas o glosas, rustiqueces pastoriles, adivinanzas y coplas".
Para valorar debidamente el tomo, no hay más remedio que glosar la excelente "introducción" que firma la profesora Olga Fernández Latour de Botas, prestigiosa especialista y docente.
Ella dirigió la edición, y tuvo a su cargo organizar un material que Carrizo había dejado "mecanografiado y con muy pocas notas manuscritas", ya que se hallaba aún "en la etapa de pulimiento y preparación".
La estudiosa indica, en detalle, el criterio que siguió para el ordenamiento del texto, de las citas bibliográficas y otros detalles. Dado que Carrizo deplora a veces en su escrito la "falta de espacio" para desarrollar algunos temas, la profesora Botas supone que se trataba de un trabajo confeccionado por encargo, con limitaciones establecidas sobre el número de páginas.
Tal vez por esa causa el investigador no redactó páginas introductorias, de esas extensas y muy ricas al las que era tan afecto. La edición exigió a la directora "trabajar detenidamente en las transcripciones de los textos de acuerdo con las fuentes citadas por Carrizo, algunas de ellas de difícil acceso", entre otros problemas que suscitaba una obra "ya de por sí extensa y editorialmente compleja".
Le agregó dos apéndices. Uno es una bibliografía de Juan Alfonso Carrizo, elaborada por la profesora Botas -incluyendo los trabajos inéditos- sobre dos anteriores: la que publicó Julián Cáceres Freyre en los Cuadernos del Instituto Nacional de Investigaciones Folklóricas (1960), y "la más actualizada", compilada por la licenciada Sonia Assaf (1997), que toma como base, para acrecentarla, la de Horacio Jorge Becco (Cancionero tradicional argentino, 1960).
El otro apéndice es el "importante ensayo bibliográfico" elaborado por Carrizo para su artículo "La poesía tradicional en Hispanoamérica", publicado en 1956 en la Historia general de las literaturas hispánicas que dirigía Díaz-Plaja.
Advierte la profesora la necesidad de relacionar dicho estudio de Carrizo con el que ahora se publica.
Opina que, aparentemente, aquel era una síntesis de este tomo. O que en este tomo quiso hacer "un desarrollo mayor de los grandes temas" que enunció en el artículo.
En base al año de edición de algunas obras que cita en la bibliografía, le parece indudable que Carrizo empezó a escribir Cantares hispanoamericanos antes de 1946, aunque una parte debió haber sido redactada no mucho después de 1939.
Considera la directora de la edición, que es posible que "el lector acceda a la cabal inteligencia de esta obra en el designio de Carrizo", luego de la lectura de otro tomo inédito, que sería conveniente poder publicar. Se refiere a "Historia sinóptica de la poesía tradicional en el pueblo campesino de la República Argentina. Desde la segunda mitad del siglo XVI hasta la primera del siglo XX", que consta de 275 páginas tamaño oficio mecanografiadas a un espacio.
La obra que ahora se ofrece al público vuelve a mostrar, por si hiciera falta, la vastedad y trascendencia de la labor que realizó esa figura impar de nuestra cultura que fue Juan Alfonso Carrizo (labor que comprendieron cabalmente hombres como Ernesto Padilla o Alberto Rougés, quienes lo alentaron en medio de la indiferencia conque otros lo miraban).
Sabemos que Tucumán y la región le deben la recolección de cerca de treinta mil cantares, que publicó estudiados y anotados con una erudición que hasta hoy resulta asombrosa.
"Maestro de maestros, salvador e iluminador insigne del tesoro poético de tradición hispana e hispanoamericana en el noroeste argentino", lo llama la profesora Botas.
Hasta el fin, sus años transcurrieron "no en el ocio de quien recoge bien ganados laureles, sino en el placentero recorrer los caminos ya abiertos, con el afán de brindar panoramas completos de la existencia peregrina de aquellas formas y temas nacidos de la antigua poética española que seguían identificando el cancionero popular de las naciones y de los pueblos más diversos, de sur a norte de América".

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