
La inseguridad inquieta a todo el mundo y en estos días desvela a los vecinos del centro -en especial, de la zona de la Casa Histórica-, y a los policías, que no saben bien cómo dar la respuesta adecuada. Todos reconocen el problema, pero al hacer el diagnóstico difieren. Mientras los jefes de la fuerza creen que se trata de hechos circunstanciales y que el diagrama de vigilancia para el centro es el adecuado, los vecinos, en cambio, opinan que el sector al sur de la plaza Independencia es “zona liberada” y critican, además, a los agentes de la Patrulla Urbana, a quienes les piden que pongan más atención.
Es posible que los funcionarios policiales tengan suerte y que los delincuentes disminuyan la frecuencia de sus ataques, pero el riesgo permanecerá latente porque los robos y los asaltos quebrantaron el concepto mismo de cómo se debe hacer prevención.
Los vecinos dicen que los agentes de calle no vigilan bien. ¿A qué se debe? Podría ser que no estén bien preparados (lo cual sería absurdo, si se considera que se creó la Patrulla Urbana precisamente para eso). Entonces, podría pensarse que sus jefes les dan consignas erróneas (para saberlo habría que ver estadísticas sobre las órdenes de trabajo que tienen los jóvenes que son enviados a patrullar). Otra hipótesis sería que los agentes confunden lo que es vigilancia de calle de lo que es servicio adicional (hay una dirección policial que debería controlar estas tareas extras que tiene la mayoría de los efectivos en competencia con las agencias de vigilancia privada). También es posible que no estén motivados, porque muchos policías consideran el servicio de calle como un castigo y piensan que es mejor investigar o hacer tareas burocráticas, y no estar parado en una esquina. ¿Cuántos agentes dejaron el servicio de calle en los últimos tres años? ¿Hay algún oficial o comisario que haga esta tarea, sobre todo los fines de semana, cuando todo el mundo quiere descansar y no trabajar?
Los vecinos dicen que los delincuentes estudian la zona, atacan y vuelven cada 15 días. ¡Eso es inteligencia policial básica! No se sabe que la Policía tenga una base de datos sobre las modalidades delictivas de cada lugar. Precisamente, uno de los objetivos de la Policía Comunitaria era que los agentes se vincularan con el vecindario para prever los problemas. Habría que preguntarle al jefe de la Patrulla Urbana si sus hombres tienen contacto con la gente, o si son usados arbitrariamente, un día en la calle y otro en operativos de refuerzo como el de 400 efectivos que se envió a los valles para Semana Santa. Las tareas de inteligencia preventiva, precisamente, ayudarían a evitar los hechos circunstanciales. Y estudiar las modalidades de venta de artículos robados, como los celulares, ayudaría, por otra parte, a desenmascarar a los delincuentes habituales.
El jefe de la Unidad Regional Capital pidió que los vecinos colaboren. “La Policía y la sociedad deben actuar de manera conjunta”, dijo. Una cosa es decirlo y otra cosa es hacer autocrítica y acercarse a la gente, para que coincidan las distintas visiones del problema.