"La vida es un reto, una interesante y apasionante aventura de autoconocimiento, si sabemos afrontarla con entusiasmo, alegría y coraje. Aun cuando sean muchas las pruebas que dificulten nuestro avance, estas son las que templan nuestro espíritu y lo fortalecen para alcanzar cimas luminosas, destinos nobles y trascendentes.
Aunque resulta difícil imaginar por dónde nos llevará el destino, ni a cuántas personas conoceremos, ni la profundidad de las experiencias que se nos tienen reservadas para nuestro crecimiento, toda esta incertidumbre hace más emocionante y divertido el proceso de crecer y madurar con las pruebas. Porque todo en la vida es una cuestión de actitud. Si esta es valiente e intrépida, las dificultades se nos presentarán como el condimento perfecto del alimento que fortalece el alma.La idea que buscamos compartir es la de afrontar la vida con espíritu deportivo, aceptando igualmente lo bueno y lo malo, porque la aventura es interior. Hay que competir sanamente con uno mismo, para ser cada día mejor de lo que uno es, para dar y darse más y mejor a los demás. Esta aventura comporta ciertos riesgos y está en nuestra mano que seamos capaces de asumir la responsabilidad sobre nuestras decisiones.
Ciertos aspectos de nuestra vida están más allá de nuestras decisiones, por cuanto han sido previstos con mucha anticipación; han sido programados para que ellos nos conduzcan a la realización y al cumplimiento de unas metas. Aunque no todo está predeterminado, ciertos sucesos y acontecimientos responden a un marco creado durante las negociaciones o acuerdos previos a nuestro nacimiento con los Guardianes del Destino o Señores del Karma, entidades espirituales que coordinan las encarnaciones y el plan de vida para la evolución de las almas. A mayor edad evolutiva o madurez de conciencia, mayor capacidad de negociación, pudiéndose escoger en gran medida las circunstancias que lo rodean a uno.
Una buena parte de nuestra vida sigue una programación más o menos fija, pero siempre expuesta a una gran cantidad de variables tanto interiores como exteriores. Por eso, como un mecanismo de ayuda para prever las variaciones o anticipar los desenlaces, existe en el ser humano el Don de Profecía, es decir, la capacidad de adelantarse a los acontecimientos con premoniciones y precogniciones, que nos advierte de sucesos o nos prepara para afrontarlos.
El propósito del conocimiento previo o anticipación a los acontecimientos es advertirnos para corregir sobre la marcha, y también recordarnos cada cierto tiempo, a través de los sueños y visiones, que debemos fortalecernos por cuanto nuestra vida sigue un curso, como un río, que a veces puede salirse de su cauce.
Mi aventura personal, hoy ligada a la vida de muchísima gente en muchas partes de este y otros mundos, es mundialmente conocida por mis continuas apariciones en televisión, radio, periódicos, revistas y por mis anteriores libros, que giran en torno de los contactos extraterrestres que se iniciaron en Perú con recepciones de mensajes telepáticos psicográficos, avistamiento de naves y contactos físico directo".