Desde que Zinedine Zidane estampó el histórico cabezazo en el pecho de Marco Materazzi, el imaginario futbolero internacional no cesó de preguntarse: ¿qué le habrá dicho el italiano? Corrido el velo del misterio por el propio defensor, se acabaron las conjeturas. Un nuevo interrogante surgió de inmediato: ¿era para enojarse tanto? Según Materazzi, lo que sacó de quicio a "Zizou" fue una alusión a su hermana. Cuando el recio zaguero italiano "camiseteó" a la estrella francesa, Zidane le espetó: "si querés la camiseta, te la doy al final del partido". A lo que, poco original, Materazzi replicó: "prefiero a tu hermana". Diálogos como ese son cosa de todos los días en las canchas argentinas. Con menos elegancia, por cierto.
Y no por ello los jugadores andan pegándose cabezazos indiscriminadamente. Lo que marca la diferencia es una cuestión cultural, que tiene que ver con el especial cuidado y respeto que merece la mujer en el mundo árabe. Y vaya detalle: Lila Zidane, de 36 años, es la única hermana de Madjid, Farid, Nordine y Zinedine. O sea que el insulto de Materazzi caló hondo en el honor familiar. Y todo se zanjó con flor de frentazo.