CONCEPCION.- Río Seco se prepara con todo para darle forma a la “Fiesta provincial de pesebre”, organizada por la comuna de ese lugar. En ese marco, está previsto que el martes comiencen las actividades con la “Fiesta de la Divina Providencia”.
El jueves continuará con la celebración de la Inmaculada Concepción de María, día en que los vecinos arman los pesebres. Este año se estima que se van a construir más de 30 pesebres comunitarios, sobre la calle principal y en barrios de esa urbe.
Esos pesebres van a participar de un concurso cuyo objetivo es incentivar la creatividad de los chicos y de mayores y, a la vez, que sea una fiesta del pueblo. También se busca que para esta época especial del año esas ornamentaciones le den colorido propio a la comuna.
Este año, el pesebre principal, encargado por las autoridades, se armará con esculturas de tamaño natural, cuya ejecución estará a cargo de la escultora Valeria Mamaní. La artista se radicó en esa localidad, tras haber habitado en la zona de los Valles.
Al igual que en Río Seco, en el resto de los pueblos y ciudades del interior hay aprestos para ornamentar los accesos con árboles de Navidad, con luces y con pesebres.
Los comerciantes de Concepción y del resto del sur provincial, hace días que armaron sus vidrieras con alegorías y el color que impone el clima festivo que se vive en diciembre.
HISTORIASan Francisco inicio la tradiciónSe cuenta que fue San Francisco de Asís quien inició la tradición del pesebre. En 1223, en Grecio, ciudad situada a 80 kilómetros de Roma, el santo tomó en brazos a un niño de carne y hueso para representar la venida del Mesías. El gesto fue imitado de inmediato en los templos y en salones aristocráticos. Con el correr de los años, el pesebre realizado con imágenes se extendió a todas las clases sociales y se introdujo en los hogares. En la Argentina, esta costumbre fue introducida por los jesuitas y franciscanos, que acompañaron en el siglo XVI a los conquistadores españoles.
La artesanía europea desarrolló la técnica de la imaginería. Una de las más importantes herencias hispánicas aparece en la devoción por esta tradición. Se recuerda aún que en 1582, cuando se fundó Salta, los indígenas trabajaban piezas en madera de gran calidad artística, conducidos por el misionero San Francisco Solano, pionero de las celebraciones navideñas en América y autor de numerosos pesebres que se realizaron en las misiones de esta zona del país.
En 1594, se levantó el primer pesebre navideño en Humahuaca, por iniciativa del padre Gaspar de Monroy,quien por su conocimiento del idioma quichua, consiguió transferir esas costumbres a los habitantes del lugar.
Actualmente, se estila armar pesebres en todos los templos y organizar pesebres vivientes con la participación de niños y adultos de las comunidades parroquiales.