Para hacerse un tatuaje o colocarse un piercing en cualquier parte del cuerpo, los menores de edad deberán solicitar el permiso de sus padres. Así lo establece una norma sancionada ayer por la Legislatura, en la que se impusieron límites a una práctica cada vez más extendida entre los adolescentes. La ley pretende regular el mercado del tatuaje y de la microcoloración, una técnica cosmética que tiene como objetivo marcar la piel con tinta.
También se exigirá una licencia habilitante a quienes realicen piercing, que deberán contar con la autorización del Siprosa. Para esto, deberán participar de cursos de adiestramiento o capacitación.
La sanción de la norma instaló una polémica. Los expertos consideran que las perforaciones deben ser realizadas por médicos, dado que representan riesgos para la salud.