"Salí de mi mundo imaginario para hacer cosas y que vean lo que hacemos; soy un modelo de vida a seguir, y eso me gusta", afirmó Mariano Acconcia. Es actor, tiene 28 años, y padece síndrome de Down.
Mariano protagoniza "Federico y el duende", una obra de teatro, danza y poesía con textos de Federico García Lorca, que hoy subirá a escena en el teatro San Martín a las 21.30.
El proyecto pertenece al Grupo Integrado de Teatro (G.I.T.) de Buenos Aires, dirigido por la actriz y docente Gabriela Peret. Con Mariano actúa la bailarina Carolina Predido (ella es convencional integrada, según la definición de Peret).
G.I.T. está realizando una gira nacional con esta obra, pero Mariano confesó que estaba ansioso por llegar a Tucumán. "Las chicas son dulces como una frutilla que se desarma en la boca", aseguró, haciendo gala de lo aprendido en los talleres literarios de lo que él define como un "conservatorio de artes dramáticas", al que asiste desde hace siete años.
"Me gusta estar en la movida teatral con este espectáculo que tiene textos muy profundos", comentó Mariano.
Hasta que ingresó a G.I.T., mariano asistía a una escuela especial. "Ahí hacíamos bolsitas de residuos y llenábamos cajas para una fundación; pero ya no me gustaba porque era muy mecánico. Cuando empezaron a dictar teatro (la profesora era Peret) empecé a ir y eso me cambió la cara, la mente y todo; me anoté para poder seguir creciendo y metiendo cosas positivas... ya tengo proyectos para el año que viene", dijo.
A Mariano, esta incursión en el teatro le produjo un quiebre muy grande. Tanto es así, que se refiere a lo que hizo antes de entrar a G.I.T. como su "otra vida".
La discriminación
Peret, con una vasta carrera en teatro y televisión (trabajó en varias novelas de Alberto Migré, por ejemplo), aseguró que su tarea más ardua no es con los chicos con capacidades diferentes, sino con la sociedad. "Hay que asumir que somos grandes discriminadores e ignorantes de muchas cosas", dijo."Se habla de equiparación e igualdad de oportunidades, pero en los hechos es un sector muy marginado de los proyectos sociales", dijo la directora de G.I.T., una ONG creada hace 11 años a la que concurren 50 jóvenes y adultos. Peret explicó que G.I.T. "hace una inversión cultural como el primer paso de un proceso al que deberían sumarse los políticos con una apertura real".