Falleció el implacable "cazador de nazis"

Simón Wiesenthal dedicó medio siglo de su vida a la tarea de encontrar a los autores del Holocausto. Pasó cuatro años en campos de concentración. A través de los Centros de Documentación Judíos, millones de personas colaboraron con datos sobre los ex jerarcas que habían logrado escapar de Alemania.

SIN IRA. Wiesenthal afirmaba que no quería revancha, sino justicia. SIN IRA. Wiesenthal afirmaba que no quería revancha, sino justicia.
21 Septiembre 2005
Era un anciano de 95 años cuando en toda Europa se conmemoraron los 50 años del fin de la pesadilla nazi; pero para él, seguramente, la guerra no terminó con la rendición incondicional de Alemania. Simón Wiesenthal se había comprometido con sus 97 familiares directos y con los millones de personas que murieron a manos de los SS de Hitler en los campos de exterminio que funcionaron hasta el final de la guerra a no descansar hasta que los responsables de la masacre pagaran sus culpas.
Ayer, el "cazador de nazis", como se lo conocía, murió en su casa de Viena a los 96 años.
Wiesenthal nació en 1908 en una familia judía en Buczacz, cerca de Lvov (Ucrania), que por aquel entonces formaba parte del imperio austro-húngaro. Cuando Hitler atacó Rusia en 1941, Wiesenthal estuvo entre los millones de judíos encerrados en campos de concentración. Pasó cuatro años y medio en distintos centros de reclusión, incluyendo períodos en Buchenwald, en la zona de Bavaria, y en Mauthausen, cerca de Linz, en Austria, de donde fue finalmente liberado por soldados estadounidenses. Terminada la guerra, logró reencontrarse con su mujer, Cyla, quien pudo escaparse de un campo de exterminio en 1942 simulando ser polaca. Apenas terminado el conflicto armado, Wiesenthal resignó su profesión de arquitecto para dedicar todos sus esfuerzos a mantener viva la memoria de los millones de personas sacrificadas en el Holocausto. Posteriormente, abrió el Centro de Documentación Judía en Viena que se dedicó a rastrear a nazis que lograron escapar de la Justicia.
Wiesenthal sostenía que su motivación no era la rabia. "Soy alguien que busca justicia, no revancha", había dicho. "Mi trabajo es advertir a los asesinos de mañana que nunca descansarán", repetía. La prevención de Wiesenthal sobre el peligro nazi era permanente: "uno de los errores consiste en creer que la democracia no debe tensar sus músculos para luchar contra el fascismo", apuntó.
Después de haber sido protagonista de la ubicación y la detención de alrededor de 1.000 nazis que habían huido de Alemania tras la derrota a manos de los aliados, Wiesenthal viajó por todo el planeta para mantener vivo el recuerdo de las víctimas del Holocausto y para sostener las sedes de su Centro que se abrieron en distintas ciudades del mundo.
El representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Sergio Widder, rescató el mensaje a las futuras generaciones de "quien dedicó su vida a reparar injusticias", y puntualizó que el fundador de la organización nunca estuvo de visita en la Argentina.
El Centro Wiesenthal de Jerusalén anunció que continuará con la lucha para castigar los crímenes nazis. Su director, Ephraim Zuroff, dijo: "seguiremos la lucha con la misma decisión y fiel a su testamento espiritual". La muerte de Wiesenthal es una gran pérdida, afirmó, y agregó que el pueblo judío "ha perdido a un verdadero héroe".

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