El Inca y Tucumán

Es sabido que, en sus "Comentarios reales" (1609), el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) narra que, a fines del siglo XIII o comienzos del XIV, el Inca Viracocha recibió, en Charcas, a "los embajadores del reino llamado Tucma, que los españoles llaman ?Tucman?, que está a doscientas leguas de las Charcas al sureste". Es uno de los datos más antiguos sobre el nombre de esta región.
Ricardo Rojas (1882-1957) evoca, en "Blasón de plata" (1912), la famosa visita. "Aquellos indios que ignoraban el quichua, ante un rey que ignoraba sus dialectos regionales, no pronunciaron sin duda el enfático discurso que Garcilaso nos ha transmitido. Su alocución debió ser pintoresca y lacónica, según brotaba de aquellas almas ingenuas y de su lengua bárbara. Acaso redujéronse a deponer a los pies del monarca la simbólica ofrenda que de sus lares traían; a señalar con la mirada y con la mano los confines del sur en el horizonte y a murmurar el vago nombre de Tucma".
Imagina al Inca en ese momento. "Sentado Viracocha en las áureas andas que dóciles vasallos portaban, vestido con rojo manto de vicuña, cadente desde los hombros como una túnica regia; prendidas al cuello las esmeraldas y amuletos, a las orejas los zarcillos, a los puños las pulseras, a los tobillos las ajorcas, todos los tres tallados en metal precioso; ceñida la cabellera por la vincha y la borla emblemática del mando como una corona, y en la diestra el ?toqui? de oro que era su cetro: tal se apareció el Inca, ante quien los embajadores calchaquíes entregaron, en señal de acatamiento, maíz de sus campos, lana de sus huanacos, miel de sus montes".
Y "los intérpretes reales, allí presentes, completaron con sus palabras este acto de vasallaje; y así quedó incorporado a los dominios del Inca nuestro Tucumán, con el nombre que ellos le dieron".