La espera se cura con buena onda

Práctica en Buenos Aires. En los entrenamientos se vio a un equipo decidido a buscar el título esta noche, en Bolívar. Las arengas de Kantor motivan al grupo. Aires sigue "enchufado".

27 Abril 2005
BUENOS AIRES (Enviado especial Alfredo Aráoz).- ¿Qué se ve en un entrenamiento de voley? La historia es así. En su mayoría, los jugadores viven cerca o llegan en auto al club Ciudad de Buenos Aires, de modo que lo hacen ya listos para sacar, saltar y bloquear sin pausas. Vestidos de recomendable rojo, llegan uno a uno, estiran un poco las piernas, otro tanto los brazos... y a jugar. De un lado se acomodan los más conocidos: Hugo Conte, Jerónimo Bidegain, Haroldo da Silva, Marcelo Aires, Javier Viegas y Maximiliano Peralta, además del líbero Ignacio Forastiero; del otro se ubican Rodolpho Juozas, Federico Sorrentino, Guillermo Muñoz, Oscar Sarmiento, Pablo Bianchi, Enrique Laneri y Lisandro Combes. Comienzan tranquilos en una cancha de básquet con una red en el medio que se transforma en una de voley. Esa tranquilidad es modificada por la arenga de Waldo Kantor: "vamos, muchachos. Vamos a pegarle con más técnica. Juguemos más al voley, ¿ok?". Y sus muchachos responden. Palo a palo, punto a punto.
Mientras por el lado de los titulares, Aires pide todas las pelotas y demuestra que sigue con el brazo caliente, su compatriota Juozas hace lo propio desde el lado de los suplentes. Nadie quiere perder. Por eso se crea un miniduelo entre Aires y Bianchi, que se reclaman una pelota que toca las manos y se va afuera. Las risas del negro indican que está todo bien. Otro de los que se encarga de ponerle onda a la mañana porteña es Bidegain; se tienta junto a Peralta y provoca a Juozas, que le responde con su "portuñol" cada vez más entendible (excepto cuando se junta con sus compañeros de departamento, Haroldo y Aires). Le reclaman un punto que no fue a Kantor, a quien parece escapársele una risa ante la mezcla de "¡boia!" (buena) y "bateu" (golpe).
Después de unas pelotas dudosas, los titulares pasan a ganar 15 a 10 y mantendrán esa ventaja de cinco hasta el punto 20 que marca el final. Aplausos, relax, ducha en casa y a armar los bolsos. Esta noche buscarán volver a sonreír, pero en grande.

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