
La joven que denunció a los ex jugadores de Vélez cuestionó el fallo y aseguró que la Justicia tucumana “invita a no denunciar”
Tras conocerse el sobreseimiento de los cuatro ex futbolistas del Fortín, la mujer cuestionó la valoración de las pruebas y reafirmó que llegará hasta las últimas instancias judiciales.
ARCHIVO LA GACETA

Luego de que la Justicia tucumana resolviera el sobreseimiento de los cuatro ex jugadores de Vélez acusados de abuso sexual, la joven denunciante dialogó con LA GACETA y dijo que atraviesa una profunda sensación de angustia, enojo e impotencia. En la charla, además, cuestionó los fundamentos del fallo y advirtió que, a su entender, la resolución deja un mensaje desalentador para las mujeres que deciden denunciar.
El juez Augusto José Paz Almonacid, integrante del Colegio de Jueces Penales del Centro Judicial Capital, consideró que “el hecho no constituye delito” y rechazó los pedidos de nulidad planteados por la querella respecto de las pericias realizadas sobre teléfonos celulares de testigos cercanos a la denunciante. Sebastián Sosa, Braian Cufré, Abiel Osorio y José Ignacio Florentín Bobadilla quedaron así desvinculados de la causa en esta instancia, aunque los abogados de la joven ya anticiparon que apelarán la decisión.
Tras conocerse el fallo, la denunciante aseguró que, si bien no la tomó por sorpresa, la resolución la impactó. “Me lo veía venir desde que el juez empezó a insistir con tratar el sobreseimiento, incluso cuando el Ministerio Público Fiscal se había opuesto. Había una desesperación por cerrar esto que hacía mucho ruido”, sostuvo durante una charla telefónica con este diario.
La joven, además, apuntó contra el funcionamiento del sistema judicial en la provincia. “Estamos en Tucumán, el jardín de la impunidad, donde las mujeres parecemos no importar”, dijo, y comparó su experiencia con otros casos emblemáticos en los que, según dijo, las víctimas debieron atravesar largos procesos de revictimización para acceder a una respuesta judicial.
La víctima también denunció la exposición pública que sufrió durante el proceso. “Me filtraron la cara, el nombre, el apellido, fragmentos de audiencias. Eso también es violencia. Nos hace preguntarnos como sociedad hasta dónde puede llegar el odio y hasta dónde la Justicia protege realmente a las víctimas”, comentó.
Uno de los puntos más críticos de su testimonio estuvo dirigido al criterio con el que, según afirmó, se evaluó su conducta posterior al hecho denunciado. “El mensaje que deja este fallo es muy cruel; si tenés lesiones no son suficientes, si tenés estrés postraumático y ataques de pánico a los dos días está mal, tiene que ser en el momento. Si te vas caminando ensangrentada, está mal; tendrías que irte de rodillas, llorando y gritando”, expresó. Y luego agregó: “Se sigue alimentando la idea de la ‘víctima ideal’, que es justamente lo que hay que romper”.
La denunciante insistió en que nunca sostuvo haber comprendido inmediatamente lo que había ocurrido. “Yo me doy cuenta de lo que me hicieron recién a la tarde, cuando le reclamo a (Sebastián) Sosa. Eso está en todas mis declaraciones”, explicó. Cuestionó que el juez haya basado su decisión “en argumentos planteados únicamente por la defensa”.
“Se omitieron las lesiones”
También puso el foco en elementos que, según ella, no fueron considerados en la sentencia. “Se omitieron las lesiones constatadas, la vaginitis producto de una penetración traumática y un short completamente ensangrentado que fue peritado y no correspondía a menstruación. Había material genético y todo eso fue dejado de lado”, afirmó.
Respecto de los pasos a seguir, confirmó que su defensa impugnará el sobreseimiento y evalúa recurrir a instancias superiores. Además, cuestionó el tratamiento de las pericias telefónicas. “Hubo un análisis tendencioso, machista, con mensajes cortados y audios tergiversados para desacreditarme a mí y a mis amigas”.
Sobre el cierre de la charla, dijo: “La sensación final es impotencia. Uno sabe que la Justicia no funciona, pero siempre queda una mínima esperanza de que esta vez sea distinto”. Y concluyó: “El mensaje que se deja hoy es gravísimo: no denuncien, porque el proceso es duro, porque no te cuidan, porque te exponen, te destruyen la vida privada y hasta los vínculos. ¿Qué ganas puede tener una mujer joven de ir a denunciar después de todo esto?”.
ESCENARIO. El llamado caso Vélez es uno de los más polémicos de los últimos tiempos.
La causa
La causa se inició hace aproximadamente un año y medio, y, a lo largo de este proceso, la víctima declaró en repetidas oportunidades en la Justicia. El caso está a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual. En ese marco ratificó sus dichos en varias ocasiones, incluso ante una cámara Gesell.
Al conocerse la noticia, Vélez decidió activar el protocolo por violencia de género y apartó a los futbolistas del plantel. Hoy ninguno viste esa camiseta.
Sosa, tras pagar una fianza de $50 millones, quedó en libertad y regresó a Buenos Aires. Luego, obtuvo la autorización para atajar en el fútbol de su país, Uruguay.
En tanto, los otros tres jugadores acusados recibieron el beneficio de la prisión domiciliaria y en junio de 2024 lograron la libertad. Todos volvieron a jugar al fútbol en distintos clubes.









