
Cabalgata con motivo del Año Nuevo Chino en Valencia. EFE/Manuel Bruque

No hay efectos especiales ni inteligencia artificial en los festejos del Año Nuevo Chino. Los inmensos dragones que aparecen por las calles, el rojo que empalaga la vista y las multitudes que salen a las calles son tan reales como el comienzo del calendario lunisolar, uno de los eventos más importantes en distintos países asiáticos y que trascendió al resto del mundo. Y aunque sea difícil replicar las gigantes máscaras en casa, existen otras maneras de recibir el año 2026.
El próximo 17 de febrero tendrá lugar la celebración del Año Nuevo Chino, una de las festividades más relevantes para países como China, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Malasia, Indonesia, Vietnam y Corea, donde la tradición incluye rituales ancestrales y celebraciones multitudinarias.
Las ceremonias datan de hace milenios y combinan astronomía, agricultura, mitología y cultos de protección. Su inicio se remonta a más de 3.000 años, durante la dinastía Shang (siglo XIV a. C.), cuando las comunidades agrícolas chinas organizaban ceremonias para agradecer las cosechas, honrar a los antepasados y pedir prosperidad para el nuevo ciclo.
Los rituales parar atraer la abundancia en 2026
Más allá de la fascinación visual de los desfiles, la esencia de esta festividad reside en la renovación energética dentro de cada hogar. Según la milenaria tradición, existen prácticas sencillas pero poderosas que permiten dejar atrás las cargas del ciclo que termina y abrirle la puerta a la abundancia.
La purificación del espacio
El primer paso fundamental es la limpieza profunda del hogar. Lejos de ser un simple quehacer doméstico, este ritual busca eliminar las "malas vibras" acumuladas durante el año anterior. La clave está en barrer y ordenar cada rincón para evitar que la energía estancada quede atrapada, permitiendo que la buena fortuna circule libremente desde el primer minuto del nuevo año.
El poder de las monedas y el arroz
Para quienes buscan atraer la prosperidad económica, el ritual de las monedas es uno de los favoritos. La tradición sugiere colocar dos monedas dentro de una bolsa roja el 1 de febrero; el proceso continúa sumando dos monedas más el día 2 y otras dos el día 3. Esta bolsa debe guardarse en un lugar visible de la casa como un recordatorio constante de la riqueza que está por venir, añadiendo una nueva moneda cada año para mantener el flujo del ahorro activo.
Por su parte, el arroz, símbolo máximo de alimento y sustento en la cultura asiática, protagoniza su propia ceremonia de diez días. A partir del 1 de febrero, se debe colocar diariamente una cucharada de arroz crudo en una taza. Al décimo día, se enciende una vela blanca a su lado para bendecir el grano, que finalmente debe cocinarse e integrarse a una comida familiar, sellando así el compromiso con la abundancia compartida.
El color de la fortuna
Finalmente, la estética del hogar juega un rol crucial. Así como el rojo domina las calles de Beijing o Taiwán, el ritual de las flores amarillas invita a traer la luz del sol al interior de nuestras casas. Decorar los ambientes con pétalos o ramos de este color no es solo un detalle decorativo, sino un potente imán para la buena fortuna y la alegría, completando el ciclo de preparación para un 2026 lleno de nuevas oportunidades.








