Pueden faltar cosas en la mesa esta noche, pero no el pan dulce

Desde las recetas clásicas hasta las versiones más chocolatadas, el panettone conserva su lugar central en las celebraciones navideñas, incluso en un contexto económico ajustado.

DIFERENTES VERSIONES. Con nueces o frutos secos, los sabores clásicos siguen siendo los más pedidos por los clientes más fieles de las panaderías. DIFERENTES VERSIONES. Con nueces o frutos secos, los sabores clásicos siguen siendo los más pedidos por los clientes más fieles de las panaderías.
Ariane Armas
Por Ariane Armas Hace 7 Hs

En la provincia más pequeña de Argentina, la Navidad tiene aroma a panettone. Año tras año, el pan dulce sigue siendo el producto más buscado en las panaderías locales, incluso en un contexto económico ajustado. No obstante, lejos de quedarse ancladas en la tradición, muchas panaderías históricas apuestan a la innovación para seducir a nuevos públicos y adaptarse a hábitos de consumo que cambian.

El origen de este pan dulce esponjoso que conquista en las celebraciones de fin de año se remonta a Italia, precisamente a la ciudad de Milán, donde comenzó a elaborarse como un pan enriquecido con frutas secas y abrillantadas, pensado para celebraciones especiales. Su preparación, larga y cuidada, lo convirtió desde el inicio en un producto asociado a las fiestas y a los encuentros familiares.

A fines del siglo XIX y comienzos del XX, el panettone cruzó el océano de la mano de los inmigrantes italianos y se instaló en la mesa argentina. Con el tiempo, dejó de ser una receta exclusiva de colectividades para transformarse en un símbolo de la Navidad en todo el país. En Argentina, el pan dulce adoptó características propias y se volvió un producto masivo, presente tanto en panaderías de barrio como en grandes mesas familiares.

“Los productos navideños siempre generan expectativa, pero el pan dulce es el infaltable”, remarca Sandra Ochoa, socia gerente de panaderías El Mundo. En sus sucursales, el clásico pan dulce en plancha comienza a venderse incluso antes de diciembre.

“Siempre decimos que deberíamos venderlo todo el año”, bromea, y reconoce que, aunque la tradición manda, la demanda se adelanta cada vez más.

VARIEDAD. En El Mundo, la oferta está pensada para todos los gustos. VARIEDAD. En El Mundo, la oferta está pensada para todos los gustos.

En panadería Désirée, donde el aroma a la manteca, chocolate y frutas maceradas se respira desde la puerta del salón, el fenómeno se repite. “Nuestros clientes de siempre siguen eligiendo los panettones de la casa”, señala Gabriela Cabrera, socia propietaria. Las versiones con frutas abrillantadas, pasas, nueces, almendras, quinotos y cerezas siguen encabezando las ventas, especialmente entre los consumidores más clásicos, que no resignan el sabor de la Navidad.

Tradición y cambios

Pero la mesa navideña ya no es la misma de hace décadas, ni en esta provincia ni en el resto del mundo. Por eso, las panaderías tucumanas advierten que el público joven busca nuevas experiencias y sabores más cercanos al chocolate que a la fruta abrillantada. Esa tendencia impulsó el desarrollo de nuevas recetas que conviven con los productos tradicionales.

“El cambio en los hábitos de consumo nos obliga a crear”, explica Ochoa. En El Mundo, además de mantener los sabores conservadores, este año incorporaron pan dulce con Nutella y otros con chips de chocolate, pensados especialmente para chicos y jóvenes.

CHOCOLATOSO. La Nutella es uno de los nuevos ingredientes favoritos. CHOCOLATOSO. La Nutella es uno de los nuevos ingredientes favoritos.

“En algunos casos, en lugar de achicar la oferta, tenemos que ampliarla”, admite. En un contexto donde el bolsillo obliga a elegir, muchos consumidores optan por comprar menos, pero mejor. El panettone artesanal aparece entonces como un pequeño lujo posible, un gusto que justifica la espera de todo un año.

En Désirée, la apuesta se materializa en el “Pan Dulce Milenium”, una versión más chocolatosa, con corazón de ganache, chispas de chocolate y galletitas oreo. “Es un pan dulce para quienes no son tan amantes del pan de Navidad tradicional, y es el más elegido de nuestro local”, cuenta Cabrera.

Así en muchos hogares tucumanos conviven distintos tipos de panes dulces; el clásico, cargado de frutas, y el chocolatoso, elegido por los más chicos. Ese mix generacional se refleja también en las vitrinas, donde tradición e innovación comparten protagonismo.

Más allá del pan dulce

Aunque el panettone lidera las ventas, las fiestas amplían el abanico de consumo. Los clásicos sandwichitos de miga, las jesuitas -conocidas por algunos clientes como fosforitos- y las líneas de pastelería ganan protagonismo en las mesas familiares. A esto se suman propuestas pensadas para compartir en familia, especialmente con los más chicos.

GLASEADOS. Recubrir las recetas con barniz de azúcar es un clásico. GLASEADOS. Recubrir las recetas con barniz de azúcar es un clásico.

“Kits para decorar galletas, donas rellenas, cupcakes y pop cakes son muy buscados -detalla Cabrera-. No es solo comprar un producto, es generar un momento en el que los chicos decoren, compartan y se conecten con la fiesta.”

En ambas panaderías las galletas glaseadas, donas rellenas y otras delicias, son decoradas cuidadosamente de rojo verde y blanco también, para atraer y tentar a todos los clientes que se animen a probar sabores diferentes durante las fiestas.

Un clásico que resiste

A pesar de la competencia, los nuevos productos y las versiones reinventadas, el panettone aún ocupa el centro de la escena navideña en Tucumán. Las panaderías lo saben y por eso el desafío es doble: sostener el sabor de siempre y, al mismo tiempo, animarse a innovar.

Entre frutas, chocolate y nuevas combinaciones, la tradición navideña se mantiene viva, pero con una vuelta de rosca que busca conquistar a todas las generaciones porque más que un producto, el panettone funciona como un ritual en el que cortarlo, compartirlo y discutir sobre su aroma, tamaño o gustos forma parte de una escena que se repite cada diciembre. Porque incluso en años difíciles hay sabores que no se negocian y que condensan la idea de celebración, encuentro y memoria familiar.

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