"Quería devolver un poco de todo el amor que recibí": Vicky Sauze, a corazón abierto tras cumplir su sueño en la provincia

Tras el éxito de su primer campus, la "Leona" se entregó a una charla íntima donde las medallas quedaron en segundo plano. Visiblemente conmovida, destacó el apoyo incondicional de Tucumán Rugby y confesó cómo el reencuentro con sus afectos se convirtió en el motor necesario para seguir en la élite.

CARIÑO. En la primera edición del Vicky Sauze Camp, el intercambio fue recíproco: mientras las alumnas aprendían de una figura mundial, Vicky se llenaba del amor de decenas de admiradoras. CARIÑO. En la primera edición del "Vicky Sauze Camp", el intercambio fue recíproco: mientras las alumnas aprendían de una figura mundial, "Vicky" se llenaba del amor de decenas de admiradoras. Gentileza Sofía Carrera
Diego  Caminos
Por Diego Caminos Hace 3 Hs

Victoria Sauze está a punto de culminar el proyecto deportivo que tanto soñó. Se despide de sus alumnas, saluda a todos, se saca fotos y firma autógrafos. Todos la llaman, todos la buscan, y ella se toma un momento para cada uno sin dejar de sonreír. El “Vicky Sauze Camp” la dejó agotada, pero plena. En cada gesto se nota que no es una despedida más: hay abrazos largos, miradas cómplices y una sensación compartida de haber vivido algo que va a quedar en la memoria de muchas.

No hace mucho regresó a la provincia luego de disputar la primera fecha de la Pro League con Las Leonas. Sin embargo, parece hallar en esta charla íntima con LA GACETA —en la sala de prensa de su amado Tucumán Rugby— un parate especial para reflexionar. No hay apuro. El ruido del club queda lejos y el tiempo parece acomodarse para pensar el camino recorrido.

“Vicky” no pudo —ni quiso— ocultar la emoción al hablar de su club. Vivir esta síntesis de su carrera en su propia casa hizo que la conversación cobrara un sentido único. Tanto la protagonista como este medio entendieron que no era la ocasión para repasar el brillo de sus medallas olímpicas o los títulos internacionales. Aunque esos logros son parte indeleble de su historia, el foco se posó inevitablemente en lo humano: su histórico regreso al “Verdinegro” hace unos meses, el balance de este ciclo en su tierra y los próximos objetivos de una carrera que sigue cargada de ambición, pero también de gratitud.

—¿Cuáles son tus primeras sensaciones después de haber terminado el “Vicky Sauze Camp”? 

—Feliz. La verdad es que es lo primero que me sale decir: feliz, plena y muy agradecida. Fueron dos días espectaculares, muy intensos. Me quedo con cada sonrisa de cada nena, con esa energía que te devuelve todo. Quizás al principio algunas estaban un poco tímidas, con algo de miedo, pero después fue todo felicidad: abrazos, sonrisas gigantes. Eso es con lo que me quedo y lo que me hace muy feliz.

—Al principio también hay respeto, ¿no? Como decir “uh, Vicky Sauze”…

—Sí, totalmente. Al comienzo todos somos caras nuevas para todos, entonces cuesta un poco romper el hielo. Pero son dos jornadas completas: compartimos almuerzos, entrenamientos nocturnos, muchas horas juntas. Eso hace que el hielo se rompa, que se genere una relación, que nos riamos y nos divirtamos, que es la idea principal.

—¿Cuál fue la semillita o la motivación inicial para crear este proyecto?

—La idea fue poder traer este tipo de campus a Tucumán. No es una jornada aislada, sino dos días que te dejan mucho más. Quería llegar a las nenas de la provincia y transmitirles todo lo que aprendí, no sólo desde el hockey, sino también desde lo humano y desde la vida. Y devolver un poco de todo el amor que recibí durante tantos años. Esta fue la primera edición, ojalá sea la primera de muchas. Mi idea es llegar a la mayor cantidad de gente posible, especialmente del norte, que son mis raíces.

—Y hacerlo acá, en tu casa, lo vuelve todavía más especial.

—Sí, totalmente. Estoy profundamente agradecida a mi club, Tucumán Rugby. Me abrió las puertas desde el primer momento y me apoyó en todo. Desde la dirigencia hasta la gente que trabaja en el club, incluso los chicos de la cantina. Sentirme en casa es fundamental para mí. Mi sueño era hacerlo acá, en mi club, porque esta es mi casa. Me emociona mucho poder transmitir todo esto desde mis raíces.

—Ya con la adrenalina un poco más baja, ¿cómo resumís tu regreso a Tucumán Rugby?

—Fue muy emocionante. Fue hermoso volver a vestir esta camiseta. Las caras no eran las mismas de hace 13 o 14 años, pero el sentimiento es igual. Es mi casa, mis colores, mi familia alentando desde la tribuna como cuando era chica. Volver a mis raíces en este momento, estando todavía en alta competencia, es algo muy lindo. No pude jugar tantos partidos como me hubiera gustado, pero lo que viví fue hermoso y creo que todavía pueden venir cosas lindas.

—¿Es la misma Vicky que se fue la que volvió?

—Sí y no. Cuando llego a esta cancha se me vienen todos los recuerdos: entrenar sola, venir con mi equipo, soñar. Sigo siendo esa persona, con las mismas ganas, los mismos sueños y el mismo amor por el club. Pero obviamente no soy la misma después de todo lo vivido, de todas las experiencias, buenas y malas. Como deportista crecí muchísimo, sobre todo por haber estado tantos años en la selección y seguir hoy peleando por un lugar en un Mundial.

—¿Hubo un momento puntual que te hizo decir “tengo que volver”?

—Sí. Yo estaba jugando en España y siempre estuve lejos de mi familia. Por distintas circunstancias no cerraban las opciones ni en Buenos Aires ni en Europa, y empecé a pensar en volver, estar con mi familia y jugar para mi club en este momento de preparación mundialista. Sentí que era el momento justo para compartir todo esto con ellos, ahora, y no más adelante. Eso también potencia al deportista.

—Estar rodeada de la familia también suma desde lo deportivo.

—Totalmente. Te potencia. Así como estar lejos te hace fuerte por otras razones, hoy, con otra madurez y experiencia, tener a mi familia cerca es un motor enorme.

—¿Tenés definido tu futuro para el año que viene?

—Lo único que tengo claro es que estoy entrenando con la selección camino al Mundial, que es mi máximo objetivo. A nivel club y lugar para vivir todavía no está definido. Fue un año con muchísimo movimiento. Ahora vienen unos días de vacaciones, volvemos a entrenar el 15 de enero y ahí decidiré con más claridad cómo encarar estos últimos meses antes del Mundial.

—Hace poco volviste a ser convocada a la selección en Santiago. ¿Cómo te sentiste?

—Muy bien en lo personal. A nivel resultados grupales, obviamente nos hubiese gustado algo distinto. El partido con Alemania fue bueno, el segundo también. Con Holanda fue duro, pero de esas situaciones se aprende. Me quedé con muchas ganas de jugar el último partido que se suspendió por lluvia, pero creo que todo pasa por algo y tendremos otra oportunidad.

—Dentro del grupo, ¿cómo sentís hoy tu rol en Las Leonas?

—Somos un grupo muy consolidado, con una base que viene compartiendo mundiales y Juegos Olímpicos. Eso fortalece mucho. En lo personal me siento muy bien y trato de cumplir el rol que el equipo necesite: estar donde haga falta y rendir para el grupo.

—Objetivos y sueños pendientes.

—Jugar el próximo Mundial y ganarlo.

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