Preocupación en la capital por los festejos de recibidas que ensucian la plaza Independencia

Harina, huevos, papeles y daños en fuentes públicas volvieron a dejar en evidencia una problemática que el Municipio considera "cultural".

Hace 8 Hs

Los festejos por recibidas universitarias volvieron a generar serias consecuencias en la plaza Independencia, uno de los espacios públicos más emblemáticos de San Miguel de Tucumán. Restos de harina, huevos, papelitos y otros residuos cubrieron veredas y sectores verdes tras celebraciones que, si bien tienen un motivo legítimo, derivaron en suciedad y daños en la infraestructura urbana.

Al respecto, el secretario de Servicios Públicos de la capital, Luciano Chincarini, expresó a LA GACETA su preocupación y remarcó que se trata de un problema que excede lo circunstancial. “Es un problema cultural. No podemos apuntar a un sector social en particular; es una cuestión transversal que tiene que ver con entender que el espacio público es de todos”, afirmó.

El funcionario señaló que desde la gestión municipal se viene trabajando de manera sostenida en la jerarquización de plazas, parques, jardines y bulevares, con el objetivo de embellecer la ciudad y fomentar el sentido de pertenencia. 

“La idea es que los vecinos se apropien de estos espacios para disfrutarlos. Cuando alguien los ensucia o los daña, no perjudica solo a quienes los usan, sino a toda la ciudad y a un proyecto de ciudad inclusiva y sustentable”, sostuvo.

LA GACETA / FOTO DE BELÉN CASTELLANO LA GACETA / FOTO DE BELÉN CASTELLANO

Chincarini advirtió además sobre las consecuencias materiales que dejan este tipo de festejos. Como ejemplo, mencionó los daños frecuentes en la fuente principal de la plaza Independencia. “Muchos estudiantes ingresan a la fuente y pisan el sistema de filtrado. Rompen la bomba y la reparación es carísima. ¿Quién paga eso? Todos los ciudadanos”, remarcó.

En ese sentido, indicó que el Municipio cuenta con personal permanente de control y mantenimiento, como placeros y seguridad presencial, aunque aclaró que no es suficiente si no hay compromiso social. “Son personas adultas, con formación, que deberían tener otro comportamiento. No puede ser que el Estado tenga que actuar como niñero”, explicó.

Finalmente, hizo un llamado a la reflexión colectiva. “Estamos construyendo una ciudad distinta, de brazos abiertos, pero necesitamos que los ciudadanos se comprometan moralmente con el cuidado de lo que es de todos”, concluyó.

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