
APARTADO. "Bebe" Acosta se entrenará solo hasta que resuelva la rescisión de su contrato.

El conflicto entre Guillermo Acosta y la dirigencia de Atlético Tucumán sumó en las últimas horas un capítulo tan delicado como polémico. A una semana de haber sido notificado de que no será tenido en cuenta para la temporada 2026, el capitán histórico del “Decano” volvió a entrenarse en el club, pero no con el plantel profesional. La decisión institucional fue clara: mientras no se resuelva su salida contractual, deberá hacerlo de manera diferenciada.
Según explicó el propio futbolista, fue Miguel Abondandolo quien se comunicó con su representante para informar que el club no pagará, por ahora, la rescisión del contrato vigente hasta diciembre de 2026. Ante ese escenario, Acosta cumplió con su obligación laboral y se presentó a entrenar, aunque recibió una indicación que encendió la controversia: no puede hacerlo junto al grupo principal y fue derivado a entrenarse en soledad, a las 14.30, bajo las órdenes del profesor Pablo Aguirre.
La situación resulta aún más sensible por el contexto previo. El martes 9 de diciembre, en el inicio de la pretemporada en el complejo "José Salmoiraghi", Acosta confirmó públicamente que no seguiría en Atlético. Aquella tarde, tras retirarse en silencio del complejo, reconoció que la decisión le había sido comunicada por el entrenador Hugo Colace, aunque aclaró que no se trataba de una cuestión futbolística y que su intención era “arreglar la rescisión para irse bien” del club que lo convirtió en ídolo.
Desde entonces, las negociaciones no avanzaron y el conflicto quedó expuesto. Acosta, máximo referente histórico del “Decano” con 376 partidos, 30 goles y 20 asistencias, sostiene que su salida debe resolverse de común acuerdo. Mientras tanto, la postura dirigencial parece marcar una línea dura: no integrarlo al plantel profesional hasta que exista una definición contractual.
Un final que se vuelve incómodo
El entrenamiento diferenciado, en soledad y fuera del horario habitual del plantel, reavivó viejas tensiones y profundizó la grieta entre el futbolista y la conducción del club. No es un detalle menor: se trata del jugador que más veces vistió la camiseta de Atlético y uno de los símbolos de su etapa más exitosa en Primera.
Con contrato vigente y sin acuerdo a la vista, el caso Acosta amenaza con transformarse en una novela larga y desgastante. Mientras el “Bebe” cumple con su deber profesional y se entrena “hasta solucionar la salida”, la dirigencia deberá decidir si apuesta a un cierre ordenado o si el conflicto seguirá escalando.







