FORTALEZAS. “Belén” sostiene sus chances por sus actuaciones, el entorno judicial y estar basada en la realidad.
Si fuese, como parece, una carrera de obstáculos, el filme argentino “Belén” deberá saltar hoy uno de los más altos en su marcha rumbo a los Oscar. Sin horario confirmado, pero durante la mañana según la experiencia de años anteriores, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos anunciará las listas cortas (shortlist) en varias categorías, incluyendo mejor producción internacional -antes llamada película extranjera o de habla no inglesa-.
El objetivo es quedar dentro de las 15 seleccionadas para la siguiente instancia, dentro de las 86 elegibles remitidas para su consideración por sendos países. Hay buenas perspectivas para lograrlo, pero nada es seguro, ya que se juega en un terreno donde hay -obviamente- muchos intereses, tanto geopolíticos como económicos de las distribuidoras, aparte de los estrictamente artísticos. El viernes se cerró la votación de los socios de la Academia que se inscribieron voluntariamente para ver las películas de ese rubro, así que hoy sólo resta saber el resultado.
La primera valla que saltó la realización dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi y con la tucumana Camila Plaate como premiada actriz de reparto, fue la propia designación como representante argentina a los Oscar (y también a los Goya). Para ello se tuvo en cuenta el gusto de Hollywood en torno a los guiones que parten de un hecho real, el desarrollo de un juicio enmarcado por la injusticia y la calidad de las actuaciones, tres temas fuera de debate en este producto. Si salta bien la de hoy, aún no tendrá la meta a la vista, porque le quedará la última: el 22 de enero de 2026 se anunciarán las cinco finalistas que disputarán la estatuilla dorada el 15 de marzo.
El filme nacional es la historia de una joven tucumana que fue detenida, acusada y condenada por haber abortado, aunque ella no sabía que estaba embarazada y fue un proceso espontáneo. La lucha en tribunales y en las calles del movimiento feminista permitió revertir la sentencia y fue absuelta. Obtuvo premios en los festivales de San Sebastián, Biarritz y Forqué (España), además de tres Martín Fierro.
Lo cierto es que sólo con calidad no alcanza para ser nominada. El discurso político de cada propuesta y el país (y continente) de origen influyen, y que se puedan designar 15 en esta instancia ayuda a un equilibrio entre los orígenes. En ese aspecto, “Belén” se impondría ante ciertos rivales, pero se debilitaría frente a otros.
“Fue solo un accidente”
El gran candidato para el Oscar es “Fue solo un accidente”, dirigida por el iraní Jafar Panahi y que transcurre en ese país, pero enviada por Francia, donde ganó la Palma de Oro en Cannes, con su historia de venganza cuando unas personas reconocen a quien los torturó en prisión. Por Europa suenan fuerte además la noruega “Valor sentimental”, de Joachim Trier; la alemana “Sound of Falling”, de Mascha Schilinski; la española “Sirât”, de Oliver Laxe (las tres fueron premiadas en Cannes); y la italiana “Familia”, de Francesco Costabile. Como sorpresa podrían colarse la danesa “Mr. Nobody Against Putin”, de David Borenstein y Pavel Talankin; la islandesa “El amor que permanece”, de Hylnur Palmason; y la polaca “Franz”, de Agnieszka Holland.
América Latina tendría su espacio, aparte de con “Belén”, con la brasileña “El agente secreto”, de Kleber Mendonça Filho, filme que se llevó las estatuillas a mejor director y mejor actor en Cannes. La historia se ambienta en la dictadura de ese país; sin embargo, como este año ya ganó con “Aún estoy aquí”, sus chances decaen para la final. Colombia aporta “Un poeta”, de Simón Mesa Soto; y Chile, “La misteriosa mirada del flamenco”, ópera prima de Diego Céspedes, como alternativas regionales.
La pujante industria surcoreana aportaría “No hay otra opción”, de Park Chan-wook. Por Asia podrían estar además “Left-Handed Girl”, de Taiwán, dirigida por Shih-Ching Tsou y respaldada por Netflix; y la japonesa “Kokuho”, de Lee Sang-il.
De Oriente Medio se mencionan “El pastel del Presidente” de Hasan Hadi, de Irak; “Palestina 36”, de Annemarie Jacir; y “Todo lo que te queda” de Cherien Dabis, de Jordania. África suma fuerzas con la tunecina “La voz de Hind Rajab”, de Kaouther Ben Hania, Gran Premio del Jurado en Venecia y que discurre en la Franja de Gaza (gran candidata al premio máximo, en puja con “Fue solo un accidente”); la senegalesa “Dahomey”, de Mati Diopy vencedora en la Berlinale; y la marroquí “Calle Málaga”, de Maryam Touzani, ganadora en el festival de Mar del Plata.
Como suele suceder, alguna tapada vería la luz esta vez, y sería la gran sorpresa del día.










