Creció en Los Sueldos, Atlético estuvo a punto de dejarlo libre y hoy saltó de la Liga Tucumana a Primera

Julio Germain Vallejo había llegado al "Decano" a los 14 años tras superar una prueba de 10 minutos. "El año que empezó siendo el peor, terminó siendo el mejor”, dijo.

EL MOMENTO MÁS ESPERADO. Vallejo la rompió este año en el plantel liguista y ahora quiere ser importante en la Primera de Atlético Tucumán. EL MOMENTO MÁS ESPERADO. Vallejo la "rompió" este año en el plantel liguista y ahora quiere ser importante en la Primera de Atlético Tucumán.
Hace 1 Hs

Hay historias que parecen escritas a mano alzada por el destino. No siguen un camino recto, ni un libreto previsible; todo lo contrario. Avanzan a los golpes, a los tropiezos, a los milagros cotidianos que no siempre se ven. Julio Germain Vallejo (un volante ofensivo zurdo, de 21 años, nacido un 5 de enero de 2004) pertenece a esa genealogía de futbolistas que emergen desde lo profundo, desde el barro salta a la Liga de Atlético, desde canchas donde el viento es árbitro y la pelota nunca pica igual toman impulso. Y un día, sin aviso previo, irrumpen en la puerta de Primera.

Su 2025 fue un torbellino; 10 goles en el Anual liguista, un rendimiento ascendente, una personalidad que se agrandó en cada fecha, y un final de año en el que su nombre dejó de ser una revelación interna para transformarse en una certeza institucional. Hugo Colace, atento a cada gesto, lo llamó aparte y le dijo las palabras que cambian una vida: “El año que viene vas a ser parte del plantel profesional”. Atlético fue más lejos todavía: lo fichó hasta 2027, en un contrato que no es un premio, sino una apuesta.

APUESTA A FUTURO. Tras su buena temporada, Atlético le hizo un contrato a Vallejo hasta diciembre de 2027. APUESTA A FUTURO. Tras su buena temporada, Atlético le hizo un contrato a Vallejo hasta diciembre de 2027.

Lo extraordinario es que Vallejo dio el salto sin haber jugado ni un minuto en Reserva este año. Saltó directo desde la Liga; desde Los Sueldos, en Leales, al predio “José Salmoiraghi” para entrenarse con el plantel profesional, justo cuando parecía que su historia en Atlético comenzaba a llegar a su fin. Como si el fútbol hubiese encontrado en él un atajo que no admite escalas.

“Fue mi mejor año, aunque empezó siendo el peor”

A veces las irrupciones tienen prólogos inesperados, y Vallejo lo admite sin rodeos. “Fue mi mejor año, pero fui de menor a mayor. Al principio pensaba en que no iba a seguir, en que me iban a prestar a otro club de la Liga. Empecé de la peor manera”, dice.

Esa frase condensa un universo. Hubo dudas, incertidumbre, un posible adiós silencioso. Y, sin embargo, hubo también una fuerza interior que no se explica del todo. Buenas actuaciones, goles y demostraciones de carácter; eso que, en el fútbol, vale más que cualquier currículum.

“Nunca me voy a olvidar del 28 de noviembre, cuando me notificaron que el martes 9 tenía que presentarme a entrenarme con el plantel profesional”, recuerda. Hay fechas que clavan una bandera en la memoria y esa es una de ellas.

Desde entonces no paró más. No tuvo vacaciones, siguió entrenándose por su cuenta como se entrena quien sabe que está ante la puerta más importante de su vida.

El niño que soñaba en San Fernando y que entró cuando quedaban 10 minutos

La historia de Vallejo tiene una escena fundacional que bien podría ser un mito del fútbol tucumano. “Hice infantiles en San Fernando. De ahí, el presidente me llevó a Atlético para una prueba. Quedaban 10 minutos; entré esos minutos y me alcanzaron para quedar”, cuenta.

Creció en Los Sueldos, Atlético estuvo a punto de dejarlo libre y hoy saltó de la Liga Tucumana a Primera

El fútbol, a veces, es una puerta que se abre apenas un instante. Y quien no está listo la pierde. Pero Vallejo estaba listo.

A los 14 años empezó su camino formal en el Decano. En 2023 jugó 30 partidos en Reserva. En 2024 no tuvo continuidad allí, pero explotó en la Liga. Su historia no se sostiene únicamente en talento, sino en una terquedad luminosa.

“El que me hizo quedar fue Diego Erroz; había 500 chicos en la prueba”, recuerda. Quedar entre 500 no es azar, sino carácter. Y el carácter se le nota incluso cuando habla. En cada frase hay una mezcla de humildad y convicción.

Un zurdo con personalidad: la virtud que no se entrena

Cuando se le pregunta qué lo define dentro de la cancha, Vallejo no duda:
“Mis virtudes son el juego, la forma en la que me muevo, pero sobre todo la personalidad. Esa fue la base para subir a Primera”, jura.

Hay zurdos talentosos y valientes. Pero hay pocos zurdos que no tiemblan cuando el partido exige hacerse cargo y Vallejo parece pertenecer a esa especie.

Su crecimiento no fue lineal. Tuvo momentos fríos, partidos discretos, jornadas en las que la pelota se negó. Pero en el Anual apareció la mejor versión de sí mismo: un volante ofensivo que se soltó, que pisó el área, que convirtió, que pidió la pelota caliente. Por eso, en un año en el que Atlético necesitaba señales, Vallejo se transformó en una.

Un homenaje silencioso a sus padres

Cuando llega la hora de hablar de ídolos, podría mencionar a Messi, a Riquelme, a Di María, a cualquiera. Pero no lo hace. “Mis ídolos siempre serán mis viejos, Julio Vallejo y Lorena Galván. Ellos trabajaron para darme esta oportunidad”, afirma el volante que quiere cumplir un sueño personal y devolverle, en forma de goles y sacrificio, todo lo que su familia invirtió en silencio.

APUESTA A FUTURO. Tras su buena temporada, Atlético le hizo un contrato a Vallejo hasta diciembre de 2027. APUESTA A FUTURO. Tras su buena temporada, Atlético le hizo un contrato a Vallejo hasta diciembre de 2027.

La promesa que ya dejó de ser promesa

Atlético inicia un nuevo ciclo con un plantel que mezcla experiencia y juventud. Y en esa juventud, Vallejo asoma como una de las piezas a moldear. No se sabe aún si jugará mucho, si debutará pronto o si deberá esperar. Pero sí se sabe que se ganó el derecho a estar ahí.

De Los Sueldos al Monumental, de la Liga a Primera, de los 10 minutos de una prueba entre 500 chicos al contrato profesional hasta 2027. Su historia es una declaración de principios: el futuro no siempre llega anunciado; a veces llega pateando la puerta. (Producción periodística: Carlos Oardi)

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