C. Thomas Howell, la estrella de Hollywood que no fue

Hoy cumple 59 años. Siendo adolescente fue dirigido por Steven Spielberg y Francis Ford Coppola. Todo estaba dado para que se convirtiera en una celebridad. Sus compañeros de elenco lo fueron. Pero a él la fama lo esquivó. O quizás fue él quien evitó que lo abrazara.

C. Thomas Howell, la estrella de Hollywood que no fue
Daniel Dessein
Por Daniel Dessein Hace 12 Hs

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“La idolatría de las imágenes deja sin ojos

 para ver los milagros de la realidad”.

Gabriel Zaid, El secreto de la fama.

En la foto que ilustra esta nota, girando en círculo de izquierda a derecha, vemos a Ralph Maccio, Emilio Estévez, Patrick Swayze, Matt Dillon, Rob Lowe, Tom Cruise. ¿Alguien sabe quién es el séptimo, el que aparece abajo en la imagen, con una musculosa azul?

¿Les dice algo el nombre C. Thomas Howell?

Podemos probar de otro modo. Karate Kid, El club de los cinco, Dirty dancing, Loco por Mary, Class. Top Gun. Los que tiene más de 50, probablemente conocen -o les suenan- todos -o casi todos- estos títulos de los 80 y 90 que corresponden a algunas de las más exitosas películas de esas décadas -en conjunto superaron los 1.000 millones de dólares de recaudación-, protagonizadas por los seis primeros actores. ¿Les dice algo The hitcher? Seguramente no. Es una película de terror de bajo presupuesto. La más importante que protagonizó Howell.

La foto en la que están los siete fue tomada en el set de filmación de The outsiders, dirigida por Francis Ford Coppola y estrenada en 1983, en la que también actuaba una jovencísima Diane Lane, de la que se enamoró Howell.

The outsiders narra las vicisitudes de un grupo de pandilleros adolescentes en los 60, en un pueblo de Oklahoma. La película se transformó en una obra de culto y en un trampolín a la fama y el éxito profesional para todos. O casi todos. Porque Howell, que con intermitencias siguió actuando toda su vida, no tuvo un camino parecido al de sus compañeros de elenco a pesar de haber sido el que arrancó mejor (tenía el papel principal y fue el único del elenco premiado por su trabajo -con el Young artist award-). Si había que apostar sobre quién tenía un destino de estrella, todo indicaba que sería Howell.

El libro homónimo sobre el que se basa The outsiders fue escrito por Susan Hinton y publicado a sus 18 años. Una bibliotecaria de una escuela de Fresno, California, le escribió una carta a Coppola, diciéndole que le maravillaba la forma en que los estudiantes leían el libro y le sugería transformarlo en una película.

Coppola leyó la carta, le hizo caso y también filmó otra película -meses después de The outsiders- basada en el segundo libro de Hinton, La ley de la calle, nuevamente con Matt Dillon y Diane Lane en el elenco pero sin Howell, para diferenciarla de la primera película.

Volver al pasado

Howell no pudo tener mejor debut. Fue, poco antes de filmar The outsiders, con E.T., dirigido por Steven Spielberg (interpretaba a uno de los amigos de Henry Thomas, el protagonista). Y fue el propio Spielberg, en carácter de productor, el que sugirió convocarlo nuevamente, meses después de que Howell filmara con Coppola, para un rol que hubiera cambiado su futuro. Audicionó para el papel de Marty McFly, llegó a la dupla final en el casting pero el personaje quedó en manos de Michael J. Fox. A los 17 años, una precoz consagración se le escapaba por poco.

El padre de Howell era doble de riesgo en Hollywood. Cristopher -el nombre que esconde la “C” que usó profesionalmente para encabezar su nombre- creció viéndolo en el set de filmación, a quien además de doble era un experto jinete de rodeos. El sueño del chico era ser como él y estaba encaminado. A los doce años, Cristopher era campeón juvenil de rodeo en el estado de California.

Lo que le interesaba eran los caballos; la actuación, secundariamente. Recién con The hitcher, a sus 20 años, decidió dedicarse seriamente a la actuación.

Howell participó en varias películas de adolescentes en los 80 y quedó encasillado en sus personajes. Había algo en su cara, como le ocurría a Ralph Maccio después de Karate Kid. Su semblante no envejecía con los años. Pero eso, en 1996, pareció jugarle a favor cuando lo convocaron para protagonizar Cara de niño Nelson, la historia del célebre gangster, condenado a ser un outsider desde chico al verse involucrado en la muerte accidental de un compañero, amigo de John Dillinger, Metralleta Kelly y la pareja Bonnie y Clyde. La película no pudo ser estrenada en cines, fue directo a video, la crítica la recibió con indiferencia y pasó al olvido.

El talentoso señor Howell

Nos subimos al DeLorean, el auto de Volver al futuro que no pudo manejar Howell, y llegamos al presente. Hoy cumple 59 años. Los rasgos infantiles abandonaron una cara ahora cubierta con arrugas y una barba tupida y blanca. Pasa la mayor parte de su tiempo en su rancho en Texas, cerca de sus caballos, a cientos de kilómetros de las fiestas de Hollywood, a las que nunca quiso ir. Vive lejos del ruido pero no de la música, a la que le dedicó buena parte de sus últimos años, plasmados en dos álbums de country.

Pasaron 42 años desde el estreno de The outsiders. En la foja actoral de Howell, hay momentos destacados, cerca en el tiempo, en series como Southland, encarnando al oficial Dudek. O su muy lograda interpretación de un sádico asesino que aparece en algunos capítulos de Criminal minds. Hace dos años, tuvo una aparición memorable en Yellowstone, la serie protagonizada por Kevin Costner, en la que Howell se mete en la piel de Ambers, un cowboy tejano en el que muchos vieron un guiño a la apuesta existencial del actor. Pero todas estas incursiones fílmicas, y sus negativas a interpretar muchos roles, son una suerte de “touch and go” con el mundo del espectáculo.

El auténtico outsider

No es roja, es gris la alfombra en la que suele limpiarse sus botas, antes de entrar a su cabaña de madera, después de montar. Alterna su pasión por los caballos con la composición de canciones y el tiempo que dedica a una fundación que estimula la lectura.

La fama a la que parecía destinado lo esquivó o quizás fue él el que, de un modo u otro, la eludió cuando parecía estar al alcance de su mano.

Ponyboy -el personaje de Howell en The outsiders- es el más sensible, el que se resiste a endurecerse y corromperse a pesar de las grandes fricciones del camino. Uno de sus amigos, en la escena más recordada de la película, antes de morir lo mira y le dice: “Mantenete puro, Ponyboy, mantenete puro”.

© LA GACETA

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