EN LA MIRA DE LA JUSTICIA. Un escándalo que crece: Tapia está cercado por causas que involucran a su entorno.
Claudio “Chiqui” Tapia atraviesa uno de los momentos más delicados de su gestión al frente de la Asociación del Fútbol Argentino. En paralelo al creciente desgaste político dentro del ambiente, en los tribunales comienzan a acumularse causas que, directa o indirectamente, lo involucran. El epicentro de la escalada judicial es Sur Finanzas, la billetera virtual manejada por Maximiliano Ariel Vallejo, un empresario con estrecha relación con el presidente de la AFA. Lo que al principio se presentó como una investigación tributaria derivó en una compleja trama que hoy abarca lavado de dinero, operaciones sospechosas, presuntos testaferros y un patrimonio personal que genera más interrogantes que certezas.
La causa más avanzada es la que inició la DGI hace una semana, donde se denunció una maniobra de lavado por $818.000 millones articulada mediante empresas fantasma y monotributistas sin capacidad real para movilizar semejantes montos. En ese expediente, se analizan los vínculos entre cuatro jóvenes inscriptos entre categorías A y D que, en apenas dos años, movieron $120.000 millones, principalmente a través de Sur Finanzas.
El caso emblemático es el de Ignacio M., de 32 años, quien declaró facturación anual por menos de $5 millones pero recibió más de $230 millones en facturas, en su mayoría de Sur Finanzas y QBIT Capitals SRL. Su actividad real no explicaría los $87.000 millones que manejó en efectivo ni la compra de un BMW M240i por casi $100 millones, adquisición que exhibe abiertamente en redes. Otros perfiles, como Brian A., muestran cifras igual de llamativas: ingresos en efectivo por $390 millones, transferencias por $4.500 millones y movimientos virtuales por $6.400 millones, todo en paralelo a gastos en el exterior que superaron los $176 millones. También están bajo la lupa Emilio V., quien habría manejado $14.500 millones siendo categoría A, y Alejo A.O., con movimientos por casi $10.000 millones en apenas seis meses.
La Justicia de Lomas de Zamora no es la única que investiga a Vallejo. En Comodoro Py, la jueza María Eugenia Capuchetti avanza sobre un circuito de empresas y casas de cambio que habrían accedido al dólar oficial en plena época de restricciones, entre 2019 y 2023. Paralelamente, en el fuero Penal Económico, la jueza María Verónica Straccia ordenó levantar el secreto fiscal y bancario del empresario en una causa por lavado iniciada a partir de reportes sospechosos de “Construcciones TAR SA”, una firma que movió más de $4.000 millones sin respaldo documental.
A este escenario se suma una presentación reciente de Elisa Carrió y la Coalición Cívica, que denuncia presuntos testaferros vinculados a Tapia por la compra de una imponente estancia de más de 10 hectáreas en Villa Rosa, Pilar. El escrito apunta contra Luciano Pantano y Ana Lucía Conte, titulares de Real Central SRL, quienes adquirieron una propiedad valuada en una cifra que no se condice con sus perfiles económicos. La quinta incluye desde autos de colección hasta un haras de caballos árabes, pistas, canchas deportivas y hasta un helipuerto. Según testimonios de vecinos, Tapia habría visitado reiteradamente el lugar, incluso en helicóptero.
El patrimonio declarado del presidente de la AFA también levanta suspicacias. Aunque no percibe salario por su rol en la AFA, su declaración jurada revela ingresos por $818 millones anuales, principalmente por su puesto de vicepresidente segundo de Conmebol, que le paga $60 millones mensuales por apenas 120 minutos semanales de dedicación. Como titular de Ceamse, suma otros $8 millones al mes. Sorprende que, pese a esos ingresos, declare no tener dinero en efectivo ni cuentas bancarias, aunque sí un notable patrimonio inmobiliario: siete propiedades, entre ellas una residencia en Beccar valuada en más de US$ 15 millones, además de vehículos de alta gama y movimientos patrimoniales por decenas de millones.
El clima político en torno a Tapia se tensionó aún más en las últimas horas. La ministra de Seguridad saliente, Patricia Bullrich, redobló sus críticas y acusó a la AFA de manejar “un modelo piquetero, pero en el fútbol”, señalando falta de transparencia, arbitrariedad en las decisiones y una estructura de poder “con gerentes que hacen lo que quieren”. También aludió a los vínculos de Tapia con Lionel Messi y deslizó dudas sobre el posicionamiento del capitán en medio del escándalo.
Con causas que se multiplican, sospechas cruzadas y nuevas denuncias que lo mencionan de manera directa o indirecta, el futuro de Tapia aparece rodeado de incertidumbre. Pase lo que pase en los tribunales, el tablero político y judicial ya dejó en claro que el presidente de la AFA atraviesa el mayor escrutinio público de su carrera.






