Los bombos del Mundial 2026 encendieron la alarma: el durísimo grupo que podría tocarle a la Argentina
Mientras el país empieza a imaginar el camino hacia otro sueño mundialista, el equipo de Scaloni observa con atención qué nombres pueden aparecer en el bolillero y cómo podrían marcar el arranque del torneo.
SORTEO EN PUERTA. La Selección sigue de cerca cómo quedarán definidos los grupos para la próxima Copa del Mundo, a la espera de conocer el recorrido que tendrá en Estados Unidos. ./X @Argentina
A medida que se acerca el sorteo del Mundial 2026, la ansiedad empieza a levantarse en todo el planeta. Esta vez, más que nunca porque será la primera edición con 48 selecciones, 12 grupos y una logística completamente distinta a la conocida. Ya hay 42 equipos clasificados y sólo restan seis lugares, que se definirán en marzo mediante los repechajes europeos e intercontinentales. Con ese escenario, la Selección Argentina ya puede empezar a imaginar con qué tipo de zona podría encontrarse en la fase de grupos.
El sorteo será el viernes 5 de diciembre, a las 14, en Washington D. C., y los bombos quedaron determinados según el ranking FIFA de noviembre. Argentina aparece en el Bombo 1 junto a los grandes candidatos: España, Francia, Inglaterra, Brasil, Portugal, Países Bajos, Bélgica, Alemania y los tres anfitriones (Estados Unidos, México y Canadá). Evitará, por lo tanto, a todos esos rivales en la primera fase.
En el Bombo 2 asoman nombres pesados como Croacia y Marruecos, semifinalistas recientes, además de Uruguay y Colombia, a los que no podrá enfrentar por pertenecer a Conmebol. El resto del copón lo completan Suiza, Japón, Senegal, Irán, Corea del Sur, Ecuador, Austria y Australia. Desde ahí saldrá el primer cruce determinante: un rival europeo de jerarquía media o un equipo top que podría complicar el inicio del torneo.
El Bombo 3 tiene una mezcla curiosa. Selecciones con historia como Egipto, Argelia, Túnez o Escocia; equipos en crecimiento, como Costa de Marfil o Panamá; y la amenaza más clara del copón, la Noruega de Erling Haaland y Martin Ødegaard, el rival que nadie quiere ver cerca. También está Paraguay, descartado automáticamente por ser de la misma confederación.
En el Bombo 4 aparecen los equipos más débiles, al menos en los papeles. Jordania, Cabo Verde, Ghana, Curazao, Haití y Nueva Zelanda, más los seis ganadores de los repechajes. Y ahí está el detalle que nadie pasa por alto ya que Italia podría ingresar por esta vía. Si eso ocurre, integraría este último copón y se convertiría inmediatamente en el cuco del bolillero.
La pregunta inevitable surge sola. ¿Cuál sería el grupo ideal y cuál, el más complicado que podría tocarle a la “Scaloneta”?
En un escenario amable, Argentina podría cruzarse con selecciones como Austria o Australia en el Bombo 2; Uzbekistán, Sudáfrica o Qatar en el Bombo 3; y cualquier debutante del 4, como Cabo Verde o Curazao. Un grupo así permitiría arrancar con margen, ordenar la logística en Estados Unidos y regular esfuerzos en un torneo que llega con calendario exigente y distancias mucho mayores que en Qatar.
Pero el sorteo también puede entregar una zona de máxima tensión. Imaginemos un cruce con Croacia o Marruecos en el Bombo 2, Noruega en el Bombo 3 e Italia en el Bombo 4. Un grupo de ese estilo pondría a prueba todo desde el primer minuto: jerarquía, adaptación, solidez defensiva, rotación y hasta la planificación del cuerpo técnico. En un Mundial más largo y con instancias nuevas, como los 16avos de final, quedar segundo en una zona así podría cambiar por completo el recorrido posterior.
A esta altura, la Selección, que se clasificó antes que casi todos y terminó como la mejor de las Eliminatorias, ya tiene un panorama bastante claro de lo que puede encontrar. Y aunque el ranking la ubique detrás de España, el rendimiento y la estructura de este ciclo la sostienen entre los favoritos a pelear arriba otra vez.
Faltan pocos días. El 5 de diciembre se sabrá en qué grupo estará el vigente campeón del mundo, qué ciudades deberá recorrer en Estados Unidos y qué tipo de arranque le tocará. Después de eso, empezará la otra parte del Mundial. Hacer cuentas, imaginar caminos, estudiar rivales y prepararse para un torneo que, por primera vez, tendrá 48 camisetas en la misma línea de largada. A partir del 11 de junio de 2026, la pelota empezará a contar su propia historia; pero todo, como siempre, se define primero en el bolillero.






