DESFILE. Virginia Jiménez, Luciana Olivera Arauz y Celeste Serrano crearon los diseños que vistió Catalina Lonac. / LA GACETA, MARIA JOSE MONTEROS
El desfile de cierre del Octubre Tecnológico tuvo su momento más emotivo cuando Catalina Lonac, presidenta y cofundadora de la Universidad San Pablo-T (USP-T), caminó por la pasarela. Lonac estaba acompañada por una de sus nietas, y lucía las prendas creadas por Virginia Jiménez, Luciana Olivera Arauz y Celeste Serrano, alumnas de segundo año de la carrera de Diseño Textil e Indumentaria.
La producción era parte de un trabajo práctico y llevaba un nombre potente: “Tres generaciones”. De este modo buscaba reinterpretar el vínculo entre la tradición, la herencia y lo contemporáneo mediante una serie de abrigos. “Teníamos que representar distintas edades y elegir un diseñador que nos inspirara”, cuentan las tres a LA GACETA. Ellas eligieron a Vivienne Westwood, la creadora británica que revolucionó la moda con su estilo punk, su corsetería, sus cuadros escoceses y su actitud provocadora.
El resultado fue un universo de terciopelos, cadenas y cuadrillé, donde el azul, el rojo y el negro marcaron la paleta. Lo que nació como un ejercicio de aula terminó convertido en uno de los momentos más recordados del desfile “Fragmentos del futuro”.
De la idea al cuerpo
El proyecto comenzó como cualquier otro trabajo práctico: bocetos, fichas técnicas, fichas de color, desarrollo de moldería y búsqueda de materiales. Pero, a mitad de proceso, la historia dio un giro.
“Nuestra profesora nos avisó que Catalina quería desfilar con uno de los equipos y nos eligió a nosotras”, detalla Virginia entre risas. “Nos pidió adaptar los diseños para incluir a sus dos nietas, así que pasamos de hacer tres abrigos a cinco”, agrega Luciana.
El grupo se puso en marcha: confeccionaron dos chalecos para las más pequeñas, y sumaron accesorios, bolsos y detalles que completaron el conjunto. “Terminamos armando el outfit entero”, resume Celeste.
GENERACIONES. Catalina Lonac y su nieta lucieron los diseños de las alumnas Virginia Jiménez, Luciana Olivera Arauz y Celeste Serrano en el desfile “Fragmentos del futuro”. / FOTO: GONZALO ACUÑA
Ver sus prendas en la pasarela exhibidas por la cofundadora de la Universidad fue un reconocimiento inesperado. “Se siente raro, distinto. No imaginamos que un trabajo de clase podía llegar tan lejos”, confiesan las estudiantes.
La moda como lenguaje
El desfile, que transformó al ex ingenio en una pasarela al aire libre, tuvo más de 150 modelos y decenas de propuestas conceptuales. Pero la historia de estas tres jóvenes se destacó por su simbolismo: el diálogo entre generaciones y la posibilidad de ver la moda como un puente, más allá de la estética.
Las tres coinciden en que estudiar Diseño Textil e Indumentaria en Tucumán es también apostar por abrir un camino propio. “Sabemos que no es fácil porque es una provincia chica y todavía cuesta animarse a usar cosas diferentes”, explica Luciana. “Nos pasó que cuando hicimos fotos en la calle, la gente nos miraba como diciendo ‘¿qué están usando?’”, añade.
El desafío, para ellas, está en encontrar identidad sin perder autenticidad. “Venimos acá a experimentar, a probar lo que no se ve todos los días. Después, cuando salgamos, quizás cada una haga algo distinto: alta costura, ropa comercial, vestuario… Pero este espacio es donde podemos probarlo todo”, dice Virginia.
Tres estilos, un mismo impulso
Aunque trabajan en equipo, cada una tiene su propio universo estético. Virginia prefiere las prendas románticas, y sueña con diseñar vestuarios para danza o cine. Luciana se inclina por la alta costura. “Me gusta la idea de hacer algo único, hecho a medida para una persona”, dice. Celeste, en cambio, se define como más punk: “me encantan los colores oscuros, las cadenas y los detalles pesados. Quiero que mis diseños se vean diferentes”.
PUNK. Inspirada en Vivienne Westwood, Catalina Lonac lució el diseño creado por tres alumnas de Diseño Textil e Indumentaria. / FOTO: GONZALO ACUÑA
Esa diversidad es, precisamente, la fuerza de su proyecto. “Nosotras tres somos muy distintas, pero logramos mezclar nuestras ideas sin perder lo que nos identifica”, explica Virginia. Esa mezcla entre lo personal y lo colectivo se notó en la pasarela: diseños que hablan de generaciones, pero también de estilos y de miradas diferentes sobre la moda.
Una escena que empieza a crecer
El mundo del diseño textil y de indumentaria todavía es pequeño en la provincia, pero cada año el Octubre Tecnológico de la USP-T suma nuevas propuestas y nombres que apuntan a ampliarlo. Para las diseñadoras en formación, la experiencia dejó una certeza: la moda también se construye desde el aula. “No sólo aprendemos a coser o diseñar, aprendemos a pensar una idea, a trabajar en equipo y a sostener un proceso”, dice Celeste.
El cierre de la jornada las encontró con una sensación compartida: que algo empezó a cambiar. “Ver que alguien quiere usar lo que hiciste, y más si es alguien como Catalina, resulta increíble”, resume Luciana. Y define: “es algo que te permite entender que lo que hacés tiene valor”.







