Franco Colapinto cerró un fin de semana cargado de tensión en el Gran Premio de Estados Unidos. Aunque finalizó 17°, el piloto argentino fue protagonista del momento más comentado del domingo: desobedeció una orden directa de Alpine y superó a su compañero Pierre Gasly en la última vuelta del circuito de Austin. La maniobra, tan desafiante como simbólica, reflejó la interna caliente dentro del equipo francés, que sigue sin encontrar rumbo en la Fórmula 1.
El director deportivo Steve Nielsen se mostró visiblemente incómodo con lo sucedido. En el informe oficial de la escudería sostuvo que el fin de semana fue difícil y lleno de aprendizajes, y que si bien el rendimiento todavía está lejos de los puntos, se dio un pequeño paso adelante respecto a las últimas carreras. Además, explicó que los pilotos afrontaron estrategias distintas: Gasly realizó una parada temprana y perdió tiempo en boxes, mientras Colapinto extendió su stint con neumáticos medios para atacar en los giros finales.
La polémica estalló en la vuelta 55 de 56. Con neumáticos más frescos y bajo la presión del brasileño Gabriel Bortoleto, Colapinto pidió permiso para adelantar. Desde boxes recibió una negativa, pero su respuesta fue tajante. “¿Mantener posiciones? ¡Pero es muy lento!”, lanzó el argentino, que activó el DRS y lo superó en la curva 1. El francés no solo perdió esa posición, sino que también fue superado por Bortoleto, cayendo finalmente al 19° puesto.
Tensión y carácter argentino
Lejos de encender la polémica, Colapinto bajó el tono en el corralito de prensa. “Era lo correcto. Iba mucho más rápido y me estaba atacando Bortoleto. Si no lo pasaba, nos superaban a los dos. No tenía sentido discutir por eso, peleábamos por el 17° lugar”, explicó. Gasly, por su parte, coincidió: “Somos demasiado lentos. Hay que revisar cosas, pero lo importante es mejorar el rendimiento”.
En un contexto donde Alpine sigue lejos de los puntos y acumula frustraciones, Colapinto volvió a destacarse, esta vez no por una vuelta rápida, sino por su personalidad. Su desobediencia, más que una falta de disciplina, fue una muestra de carácter y de la ambición que lo define en la máxima categoría del automovilismo.







