La semana que pasó ha dado anticipos de lo que puede ocurrir en la temporada de tormentas que se ha de desplegar fundamentalmente en el verano e incluso extendiéndose hasta el otoño. Lluvias y vientos fuertes que pueden llegar generar emergencias de duro resultado, como ha ocurrido en Delfín Gallo, donde las violentas ráfagas provocaron el derrumbe de la pared de un supermercado, que se desplomó por completo, e hicieron volar los techos de varias casas, causando, por fortuna, pocos daños personales: una niña herida y cuatro adultos golpeados.
En la Capital, por otra parte, las lluvias del jueves y del viernes no dejaron daños que lamentar y eso dio lugar a que las autoridades se animaran a asegurar que el trabajo de poda preventiva realizado durante el año había ayudado a que sólo cayeran seis árboles pese a las fuertes ráfagas, y que la limpieza de canales y de desagües había contribuido a que el agua fluyera sin problemas.
En el caso de Delfín Gallo, la tormenta llevó caos a una localidad que no estaba preparada para una contingencia de magnitud. El viento, acompañado por lluvia intensa y granizo, arrasó con tendidos eléctricos, postes de luz y techos de viviendas. En cuestión de minutos, la localidad quedó sin energía y las viviendas, muchas de ellas de poca estabililidad, como la de la niña herida, fueron fácil presa de la violencia de la tormenta.
Pasado el temporal, quedan interrogantes sobre las tareas preventivas que hubieran podido hacerse, como son las que surgen de programas como el plan Prelluvia que lleva adelante desde el invierno la Provincia junto con municipalidades y comunas. No se conoce, por ahora, qué se ha hecho al respecto en Delfín Gallo.
En el caso de San Miguel de Tucumán, el secretario de Servicios Públicos, Luciano Chincarini, ha destacado que “el comportamiento del sistema de desagüe fue muy bueno, a pesar de que los 36 mm de agua cayeron en un corto período de tiempo, con una elevada intensidad. Aun así, podemos decir que los 2.900 imbornales que tiene nuestra ciudad se comportaron de manera adecuada”.
En cuanto al arbolado urbano, comparó la escasez de daños generados por la tormenta del jueves, pese a los vientos de 60 km/h, y comparó la situación con diciembre de 2023, cuando asumió la actual conducción municipal. “Durante la primera tormenta fuerte se produjo la caída de 70 árboles en San Miguel de Tucumán”, dijo.
La Municipalidad está llevando a cabo, además de la poda preventiva de ejemplares, un registro del estado de los árboles que, según se explicó, estará completo en cuatro o cinco meses, “lo que nos dará un panorama certero y con base científica sobre la situación del arbolado”, afirmó el funcionario.
Ambos casos invitan a la reflexión. La llegada de la temporada de tormentas requiere una comunidad preparada, que cuente con tareas preventivas pensadas desde mucho tiempo atrás frente a las contingencias y con equipos listos para dar respuestas más rápidas y efectivas cuando ya se ha desatado la emergencia.







