San Lorenzo, entre la urgencia deportiva y el abismo institucional: el club que juega contra la quiebra

Con apenas una victoria fuera de casa y en medio de una crisis económica sin precedentes, San Lorenzo intenta sostener su campaña en el torneo mientras la Justicia le da cinco días para pagar una deuda millonaria que podría llevarlo a la quiebra.

Moretti salió corriendo. Moretti salió corriendo.
16 Octubre 2025

San Lorenzo vive una de las semanas más críticas de su historia moderna. En lo deportivo, el equipo suma 16 puntos y se ubica sexto en la zona B, apenas un punto por encima de Atlético, lo que lo convierte en un rival directo en la pelea por la clasificación a los playoffs (se enfrentarán el lunes, desde las 21.15, en el Monumental). Sin embargo, fuera del campo, el panorama es mucho más oscuro: el club fue notificado por la Justicia por una deuda millonaria con el fondo suizo AIS Investment Fund, y si no logra reunir el dinero en cinco días, podría caer en quiebra judicial.

Una deuda

La notificación judicial llegó ayer y activó todas las alarmas en Boedo. Según la causa, la deuda deriva de un préstamo solicitado en julio de 2020, cuando San Lorenzo necesitaba liquidez para concretar la transferencia de Adolfo Gaich al CSKA Moscú. Aunque el club ruso cumplió con el pago de la operación, el “Ciclón” nunca devolvió el dinero al fondo suizo.

El monto exacto no se detalló oficialmente, pero la cifra supera los 3,9 millones de dólares más intereses, lo que eleva la deuda total a varios millones. El fondo AIS Investment Fund ya había solicitado la quiebra semanas atrás, y la Justicia suiza determinó que el club debía abonar el monto en un plazo de cinco días para evitar la ejecución. Sin posibilidad de apelar, la única salida es recaudar el dinero y pagar.

Si la quiebra se concreta, las consecuencias serían severas: la Justicia designaría un síndico que asumiría la administración económica del club, con facultades para manejar los ingresos, disponer de activos y establecer un plazo de hasta tres años para regularizar las finanzas. De no lograrlo, San Lorenzo podría enfrentar la disolución institucional o la subasta de bienes.

Moretti, acorralado

La crisis institucional se agravó en paralelo a la financiera. El presidente Marcelo Moretti se encuentra en el centro de la tormenta, acorralado por denuncias, protestas e irregularidades. Tras la difusión de una cámara oculta que lo mostraría recibiendo U$S 25.000 como supuesto soborno por la contratación de un juvenil, Moretti había pedido licencia, pero retornó al cargo luego de que la Justicia declarara inválido el intento opositor de forzar su salida.

Su regreso desató la furia de los socios. El lunes, cientos de hinchas se concentraron frente a la sede de Avenida La Plata para exigir su renuncia. La protesta terminó en caos: Moretti debió huir escoltado por la policía en un patrullero. A pesar de la presión popular y del contexto económico asfixiante, el presidente se mantiene firme. “Sí, claramente sigo”, respondió al ser consultado sobre su continuidad.

La dirigencia, mientras tanto, busca alternativas desesperadas para evitar la quiebra. Se habla de ventas anticipadas, adelantos televisivos y hasta de la posibilidad de hipotecar parte de los ingresos por futuras transferencias. Sin embargo, el tiempo apremia.

No escapa al temblor

En lo deportivo, la crisis también se siente. El plantel dirigido por Damián Ayude (quien asumió tras la partida de Miguel Ángel Russo a Boca) acumula altibajos que reflejan la inestabilidad institucional. San Lorenzo solo ganó un partido como visitante, aquel debut triunfal ante Talleres, y desde entonces no logró repetir ese nivel fuera del “Nuevo Gasómetro”.

La última presentación fue una muestra del momento emocional del club: derrota 1-0 ante San Martín de San Juan, en un partido que Ayude calificó como “una injusticia”. “Nos duele esta derrota. Siempre duele perder”, reconoció el técnico, que intenta sostener el ánimo de un grupo golpeado por la presión y el ruido externo.

San Lorenzo, además, todavía no logra la regularidad en el torneo: arrastra una seguidilla de dos derrotas seguidas y dejó pasar varias oportunidades para asegurarse su lugar dentro de los ocho.

Riesgo

Mientras el plantel intenta mantener el foco en el campo, el club libra una batalla existencial fuera de él. El riesgo de quiebra remite a fantasmas conocidos del fútbol argentino. Racing en 1999, Ferro en 2002 o Mandiyú en 1995 atravesaron procesos similares, con intervención judicial, administración externa y años de reconstrucción. San Lorenzo podría convertirse en el nuevo capítulo de esa lista si no logra resolver su pasivo en tiempo récord.

La situación se agrava porque, pese a los atrasos salariales y la incertidumbre institucional, el club aún no ha cesado en sus pagos, por lo que la quiebra todavía no se declaró formalmente. No obstante, el margen se acorta: los plazos judiciales vencen esta semana y las arcas están exhaustas.

En este contexto, el futuro inmediato del “Ciclón” parece definirse en dos frentes. En lo deportivo, debe sostener su posición entre los clasificados para los playoffs del Clausura, donde pelea codo a codo con Atlético y otros rivales directos. En lo institucional, necesita evitar una sentencia que podría marcar un antes y un después en su historia.

San Lorenzo juega en dos canchas: una con la pelota, otra con los números. Y en ambas, la sensación es la misma: el margen de error se terminó.

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