En Boca Juniors hay una decisión tomada que emociona a los hinchas. Juan Román Riquelme pretende rendir homenaje a Carlos Bianchi y bautizar con su nombre el centro de entrenamiento que el club posee en Ezeiza. El proyecto forma parte de un plan más amplio de remodelaciones que busca dejar el complejo a la altura de los grandes del mundo. Aunque aún faltan obras importantes, la intención del presidente es clara: inmortalizar al “Virrey” en el espacio donde trabaja el plantel profesional y las divisiones juveniles.
La idea tomó fuerza tras la conmoción por la muerte de Miguel Ángel Russo, hecho que llevó a muchos simpatizantes a proponer que el predio llevara su nombre. Sin embargo, Riquelme ya tenía en mente este reconocimiento para Bianchi. Según trascendió, el evento de inauguración se realizaría una vez finalizadas las reformas estructurales, que incluyen la construcción de un hotel para el primer equipo y otro para la Reserva. “Lo único que nos falta es tener un lugar propio para concentrar”, había dicho Román hace unos meses.
El plan maestro del club contempla la edificación de un hotel con capacidad para 60 personas para el plantel profesional y otro de 40 para la Reserva. Además, se proyectan una nueva confitería, un comedor para los juveniles y dos canchas de césped sintético, una de ellas techada. La Conmebol ofreció financiar parte de las obras, lo que permitiría acelerar los tiempos. Desde la directiva afirman que la meta es tener todo listo para el gran evento donde Bianchi sea invitado a cortar la cinta.
La relación entre Riquelme y Bianchi sigue siendo cercana. El actual presidente de Boca lo considera una figura clave en su formación. Durante su partido despedida, celebrado en 2023 en La Bombonera, lo elogió públicamente al decir que “usted es el culpable de que todos los bosteros pensemos que ganar la Libertadores es fácil”. También agradeció que el cariño de la gente hacia esa generación se debe a “lo que el señor nos enseñó a competir”. La ovación que recibió el “Virrey” aquella noche fue la más fuerte desde su retiro.
El legado del técnico más ganador
Bianchi dirigió 349 partidos en Boca, con 181 victorias, 97 empates y 71 derrotas. Bajo su mando, el club conquistó tres Copas Libertadores, dos Intercontinentales y cuatro torneos locales. Su figura marcó una era dorada que cambió para siempre la historia xeneize. Con la decisión de rebautizar el predio de Ezeiza, su nombre quedará grabado no solo en los trofeos, sino también en el lugar donde se forjarán las futuras generaciones de Boca.







