MÁS CONVERGENCIAS QUE DIFERENCIAS. En el semáforos, todos coinciden, salvo Arreguez, de la izquiera. LA GACETA/FOTO DE DIEGO ARÁOZ
Este año, el debate que organiza LA GACETA incorporó una novedad: el semáforo. Mediante carteles verdes, amarillos y rojos, los candidatos expusieron sus posturas respecto de distintos temas. Lo sorprendente fue que, salvo las esperables disidencias de Alejandra Arreguez (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), las coincidencias entre el resto de los participantes -incluyendo a Osvaldo Jaldo- fueron la regla. Entonces se impone una pregunta: ante la multiplicidad de candidatos que se ubican en el centro o en la derecha ¿a quién votarán el 26 de octubre aquellos tucumanos que no quieran apoyar al peronismo o a la izquierda?
Ricardo Bussi (Fuerza Republicana), Paula Omodeo (CREO), Federico Pelli (La Libertad Avanza) y Roberto Sánchez (Unidos por Tucumán) le hablaron, con matices, a un mismo tipo de elector. Sin embargo, los cruces entre algunos de ellos reflejaron las urgencias por encontrar diferencias que fortalezcan sus estrategias para arribar al Congreso (o para permanecer allí).
Ya en el primer bloque, Bussi señaló dos claros contrincantes: Jaldo, a quien calificó como el representante del kirchnerismo en Tucumán, y el libertario Pelli, a quien caracterizó como “paracaidista”. Se reivindicó a sí mismo como “mileísta de la primera hora”, dijo que fue él quien trajo al Presidente a Tucumán y se preguntó cómo se financia la campaña libertaria.
Pelli, por su parte, intentó marcar un contrapunto con el peronismo: habló de la necesidad de bajar el gasto público e inclusive dijo que obras como el penal de Benjamín Paz fueron realizadas por la administración Javier Milei, cosa que Jaldo retrucó. Si bien sus principales críticas fueron hacia el oficialismo tucumano, no dejó de lanzarle “palitos” a Sánchez y, especialmente, a Bussi en devolución de los ataques del republicano.
Omodeo, con datos, fluidez y solvencia, expuso la corrupción, el inmenso gasto público y las opacidades del peronismo y del kirchnerismo. Dejó una imagen sólida y clara. Sánchez, por su parte, lució algo desdibujado frente a los cruces entre los otros candidatos.
Esto nos lleva de regreso a la pregunta del primer párrafo: ¿a quién votará aquel que no desee apoyar al peronismo o a la izquierda? Y a la luz de esta incógnita: ¿quién se beneficiará con la dispersión? Sobre el final del debate fue Pelli el que aventuró una respuesta: Jaldo.






