Tres días intensos, un grupo de tucumanos curiosos y el futuro esperándolos detrás de cada puerta. Así se vivió Silicon Baires, la experiencia organizada por la Fundación del Tucumán que llevó a empresarios y profesionales de la provincia a sumergirse en el mundo de la innovación en Buenos Aires.
No fue un viaje cualquiera. Fue entrar en la cocina de las empresas que hoy marcan tendencia en la región y en el mundo.
Donde todo comienza chico
La primera parada fue Mercado Libre, el gigante que empezó en un garage y hoy revoluciona el comercio y las finanzas en América Latina. Escuchar cómo la humildad, la visión de largo plazo y la obsesión por innovar se convirtieron en su ADN dejó una enseñanza clara: si desde un garage se pudo cambiar la región, ¿qué proyectos pueden escalar desde Tucumán?
La inteligencia de los negocios
En Salesforce, el CRM más usado del planeta, la inteligencia artificial dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en herramienta diaria. La compañía mostró cómo la confianza y la sustentabilidad no son eslóganes, sino valores que sostienen relaciones de largo plazo con clientes y comunidades.
El futuro ya está acá
La visita a HP fue un vistazo al futuro inmediato: las “AI PCs” —computadoras potenciadas con inteligencia artificial— y el modelo Device as a Service, que plantea pasar de comprar productos a contratar servicios. Un cambio cultural que, sin dudas, llegará más pronto de lo que imaginamos.
Ideas que se discuten
En la Universidad Torcuato Di Tella, los tucumanos se sentaron en las mismas aulas dondese piensa el país y debatieron sobre modelos de negocio, disrupción tecnológica y gestión de la experiencia del cliente. Fue un respiro académico en medio de tanto vértigo empresarial, pero también un recordatorio de que las ideas son tan importantes como los productos.
Empresas que miran más allá del negocio
El recorrido cerró con el Grupo Mitre, un ejemplo de cómo se puede hacer empresa generando triple impacto: económico, social y ambiental. Allí se habló de economía circular, inclusión y sustentabilidad. La innovación, en este caso, se viste de compromiso con la comunidad.
Más que visitas, aprendizajes
Cada jornada terminaba igual: con una ronda de reflexión colectiva. La pregunta clave era “¿qué me llevo distinto de esta experiencia?”. Y las respuestas fueron la mejor prueba de que Silicon Baires no fue un simple tour.
Hubo una frase que se repitió hasta convertirse en mantra del viaje: “las cosas grandes empiezan en chico”. Una idea que conecta los garajes de California con los talleres de Tucumán, recordando que todo emprendimiento tiene un origen humilde, pero que lo que marca la diferencia es la ambición de crecer.
Lo que queda
Silicon Baires dejó más que fotos y anécdotas. Dejó la sensación de que Tucumán puede jugar en las grandes ligas si se anima a adoptar la mentalidad correcta: pensar en grande, empezar en chico, fracasar rápido, compartir ideas y construir con otros.
Al volver, los participantes lo tenían claro: no solo habían visto el futuro, habían viajado dentro de él. Y los que no fueron, quedaron con esa sensación difícil de sacarse de encima: la de haberse perdido algo grande.






