Nace un nuevo país con la Ley Sáenz Peña

Capítulo 9.

DISTINGUIDO DIPUTADO TUCUMANO. El médico Fortunato Mariño. DISTINGUIDO DIPUTADO TUCUMANO. El médico Fortunato Mariño.

El 10 de febrero de 1912 el país cambió para siempre. Ese día el Congreso aprobó el voto universal, secreto y obligatorio, garantizado por la ley que el presidente Roque Sáenz Peña había consensuado con la oposición radical liderada por Hipólito Yrigoyen. Oposición que no contaba con representación parlamentaria, pero sí con un masivo respaldo popular. La norma excluía a las mujeres y a los inmigrantes, que ya se contaban por millones, pero de todos modos significó un quiebre absoluto en la vida política nacional.

Medio siglo de régimen conservador llegaba a su fin y nuevos actores se incorporaban al juego democrático. La muerte de las máximas figuras del hasta entonces hegemónico Partido Autonomista Nacional (Carlos Pellegrini en 1906 y Julio Argentino Roca en 1914) simbolizó ese epílogo. El propio Sáenz Peña falleció en pleno ejercicio de la máxima magistratura: lo habían elegido para el período 1910-1916 y murió el 9 de agosto de 1914. Completó el turno su vice, el salteño Victorino de la Plaza.

En consecuencia, las elecciones de medio término del 7 de abril de 1912 fueron las primeras celebradas bajo el imperio de la Ley Sáenz Peña, las primeras verdaderamente democráticas de la historia argentina. La Unión Cívica Radical dejó de lado el abstencionismo y sumó en el país 13 diputados. Tucumán sólo renovaba dos bancas, que fueron para Fortunato Mariño y Próspero Mena, candidatos del Partido Liberal.

“En la vida lo fue todo: médico filántropo, hombre público distinguido, laborioso pionero de la tierra, catedrático ilustre...”. Así retrató LA GACETA a Mariño en ocasión de su fallecimiento, en 1920. Mena, figura que abordamos en capítulos anteriores, había sido gobernador entre 1898 y 1901.

Los conservadores

Cinco bancas renovó Tucumán en la elección de medio término del 22 de marzo de 1914 y todas fueron para los conservadores: Miguel M. Padilla, Ambrosio Nougués, Alberto Zavalía Guzmán, Melitón Camaño y Eduardo Paz. Mientras, Carlos Uttinger quedó a sólo 107 votos de ser el primer diputado nacional por la UCR tucumana. Pronto encontraría su desquite.

Padilla -reelegido en la Cámara Baja- y Nougués pertenecían a la élite azucarera, integrando los grupos familiares dueños de los ingenios Mercedes y San Pablo. Zavalía Guzmán compartía la pasión entre la política y el periodismo; en tanto que Camaño era un caudillo conservador que se oponía en el Congreso a la importación de azúcar. Finalmente, Paz había sido intendente de San Miguel de Tucumán en los años previos.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios