La Ciudadela fue el origen: el debut que unió para siempre a Miguel Ángel Russo con Tucumán

Con apenas 19 años, el recordado técnico jugó su primer partido oficial con Estudiantes de La Plata. Fue el 30 de noviembre de 1975, en un empate 2 a 2 contra el “Santo”.

RECUERDO. Miguel Ángel Russo tuvo su debut como titular en un partido contra San Martín. RECUERDO. Miguel Ángel Russo tuvo su debut como titular en un partido contra San Martín. Foto archivo LA GACETA.

Su carrera fue una lección de constancia, trabajo y respeto. Pero si hay un punto exacto donde todo empezó, ese lugar está en Tucumán. Fue en La Ciudadela, una tarde de domingo calurosa, el 30 de noviembre de 1975, cuando Carlos Salvador Bilardo lo mandó a la cancha para reemplazar a Miguel Ángel Benito en un partido frente a San Martín por el Torneo Nacional. Ese fue el debut oficial de Miguel Ángel Russo en la Primera División del fútbol argentino.

Las páginas de LA GACETA, en su edición del 1 de diciembre de aquel año, titulaban con justicia: “Justa paridad hubo ayer en Ciudadela”. El empate 2 a 2 entre San Martín y Estudiantes de La Plata era más que un resultado: era el escenario donde un mediocampista silencioso, de mirada firme y cabeza fría, empezaba a escribir su historia.

“En un partido de alternativas cambiantes, San Martín consiguió oportunamente igualar ayer con Estudiantes de La Plata 2 a 2”, señalaba la crónica, destacando que el visitante había logrado clasificarse a la ronda final del campeonato. “Estudiantes expuso su experiencia y su capacidad de definición, pero en el balance general consideramos justo el empate por la reacción experimentada por los ‘santos’”, agregaba con detalle.

OTRAS ÉPOCAS. Estudiantes de La Plata (camiseta a rayas) disputa el duelo con San Martín en La Ciudadela. OTRAS ÉPOCAS. Estudiantes de La Plata (camiseta a rayas) disputa el duelo con San Martín en La Ciudadela. Foto archivo LA GACETA.

Russo, con apenas 19 años, ingresó en el complemento y vivió desde adentro una de esas tardes que marcan a fuego. El estadio estaba repleto, San Martín jugaba con orgullo ante un gigante del fútbol nacional, y Bilardo, su maestro, observaba desde el banco el debut del joven al que tiempo después llevaría hasta la Selección Argentina.

El análisis de nuestro diario retrataba un encuentro intenso, cargado de nervios y de fútbol. “San Martín estaba lejos del destino que buscaba Estudiantes, pero en la cancha casi no hubo diferencias”, apuntaba el periodista. Y en otro párrafo, con la precisión de quien entendía lo que veía, escribía. “Fue una carga que solamente el decidido Pappalardo fue capaz de liberar del lado de su equipo con dos impactos espectaculares. Antes, el gol era una quimérica ilusión para el local que llegaba cada diez minutos a la zona del arquero visitante”.

En medio de ese contexto, Russo vivía su primera experiencia en una cancha mítica, con un clima que mezclaba fervor popular y respeto por el rival. Tucumán, sin saberlo, fue testigo del inicio de una carrera que lo llevaría a dirigir a Boca, a ganar la Libertadores y a convertirse en uno de los entrenadores más respetados del país.

La Ciudadela fue el origen: el debut que unió para siempre a Miguel Ángel Russo con Tucumán Archivo LA GACETA.

La huella del regreso

Pasaron 17 años hasta que La Ciudadela volvió a ver a Russo en acción. Ya no vestía los colores del “Pincha” ni era el juvenil debutante, sino el conductor de un Lanús que crecía en el fútbol argentino. Era el domingo 1 de noviembre de 1992, y el “Granate” visitaba Tucumán por el torneo de Primera. En el banco visitante, Russo volvía al lugar donde todo había empezado.

LA GACETA de aquel lunes tituló su cobertura con las palabras que sintetizaban la jornada. “Fuimos fieles a lo planificado”. En el vestuario visitante, el técnico no ocultaba su satisfacción por la victoria 1 a 0. Pero, sobre todo, dejó una confesión cargada de nostalgia. “Fue precisamente en esta cancha cuando debuté como jugador, en mi época de Estudiantes de La Plata”, recordó con una sonrisa.

RETORNO. Russo entrenó a Rosario Central en La Ciudadela, en la previa de un partido contra Atlético Tucumán. RETORNO. Russo entrenó a Rosario Central en La Ciudadela, en la previa de un partido contra Atlético Tucumán.

Russo se detuvo a elogiar el estadio y la atmósfera que se vivía en Tucumán. “Acá tiene que quedar bien claro que en esta cancha no gana cualquiera y todos los equipos que vinieron nunca se pudieron llevar lo que nos llevamos nosotros”, afirmó ante los periodistas. Aquella tarde, Lanús se impuso con un gol de Roberto ‘Tablita’ García, y el arquero Marcelo Ojeda fue figura al contener un penal en el cierre del partido.

Mientras el vestuario de San Martín reflejaba frustración, el de Lanús era pura euforia. Russo, sin embargo, mantenía el perfil bajo que lo acompañó siempre: “Fuimos fieles a lo que planificamos durante la semana. Sabíamos que si lográbamos quitarle la pelota a San Martín en la mitad de la cancha, nuestras posibilidades de victoria aumentarían considerablemente”. Pero más allá del resultado, el técnico no disimulaba la emoción de volver al escenario donde había empezado su vida profesional.

La Ciudadela fue el origen: el debut que unió para siempre a Miguel Ángel Russo con Tucumán Archivo LA GACETA.

De La Ciudadela al mundo

El joven que debutó en Tucumán se transformó con los años en uno de los entrenadores más queridos del fútbol argentino. Con Estudiantes jugó 431 partidos y marcó 12 goles. Fue parte de aquel mediocampo histórico junto a Sabella, Trobbiani y Ponce. Y cuando colgó los botines, siguió el mismo camino que le enseñó Bilardo: el del trabajo, la disciplina y la búsqueda constante del equilibrio.

Ayer, el fútbol lo despidió con respeto y emoción. Desde La Plata hasta Tucumán, su nombre se pronunció con gratitud. Porque fue en La Ciudadela, esa cancha que tantas veces lo hizo sonreír, donde Russo empezó todo. Allí debutó, allí volvió como técnico, y allí, entre la historia y el recuerdo, sigue latiendo su legado.

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