La situación de Miguel Ángel Russo genera profunda preocupación en el fútbol argentino. El entrenador de Boca atraviesa un momento muy delicado en lo que respecta a su salud, según confirmaron fuentes del club. “Está delicado”, reconocieron desde el entorno del DT, en medio del hermetismo que rodea su entorno y del respeto generalizado por su lucha, que lleva varios años.
La alarma se encendió el domingo en la Bombonera, durante la goleada ante Newell’s, una tarde cargada de emoción y dedicatorias hacia el técnico. Desde la apertura del estadio comenzaron a circular versiones sobre el agravamiento de su cuadro, y tanto los gestos de los jugadores como las palabras del cuerpo técnico confirmaron la preocupación. Su ayudante Claudio Úbeda, quien asumió el mando en su ausencia, y el capitán Leandro Paredes dedicaron el triunfo al entrenador.
En los últimos días, Russo permaneció en su casa por decisión personal, acompañado por su familia y su cuerpo técnico. La intención fue evitarle internaciones constantes e invasivas. Úbeda reveló en conferencia de prensa que, junto a Juvenal Rodríguez y el profesor Adrián Gerónimo visitaron al DT para acompañarlo en este momento difícil.
Durante el fin de semana también se acercó Juan Román Riquelme, presidente de Boca y amigo personal de Russo, quien decidió respetar los tiempos y la intimidad del entrenador. El vínculo entre ambos se fortaleció desde que Riquelme lo convocó para iniciar su tercer ciclo al frente del equipo.
El deterioro en su salud se había hecho visible semanas atrás, especialmente durante el partido que Boca disputó en Mar del Plata bajo una intensa llovizna y neblina. Tras aquel encuentro, regresó a Buenos Aires y fue internado, encendiendo las alarmas sobre su estado. Desde entonces, el cuerpo técnico y la dirigencia mantuvieron un bajo perfil, priorizando el cuidado y la privacidad del DT.
Russo, de 69 años, ya había superado en el pasado momentos difíciles vinculados a su salud, y siempre se mostró como un ejemplo de fortaleza y compromiso.
Su presencia en el banco frente a Central Córdoba fue una muestra reciente de su espíritu de lucha, aunque desde entonces el panorama se volvió más reservado.







