El actor Osqui Guzmán, una personalidad reconocida en el ámbito cultural, relató en detalle el "cruento episodio" de violencia que vivió la semana anterior dentro del subte porteño. El incidente se desencadenó cuando una oficial de la policía de la ciudad lo abordó y lo detuvo bajo una insólita acusación. El artista hizo público el mal momento, asegurando que solo por su color de piel la uniformada lo acusó falsamente de ser un criminal.
La oficial responsable del hecho justificó su accionar violento citando un reconocimiento tecnológico. "El algoritmo te reconoció, ¡vos sos chorro!, ¡vos sos chorro!", declaró la mujer según el relato de Guzmán a sus seguidores. Las revelaciones del actor, que incluyeron agresiones físicas y un alto grado de humillación, generaron una fuerte polémica, impulsándolo a ofrecer más pormenores sobre el suceso.
La agresión en el subte y la falsa acusación que sufrió Osqui Guzmán
El suceso ocurrió el miércoles anterior, aproximadamente a las 18:30 horas, luego de que el artista terminara una entrevista de promoción para su trabajo teatral. En la estación Dorrego, el actor bajó al vagón mientras dialogaba con su esposa por teléfono, momento en que una agente lo interceptó y pidió su DNI. La situación le causó risa a su pareja, ya que el actor vive este tipo de situaciones de manera frecuente.
Cuando cortó la llamada, la agente regresó con una actitud más prepotente, despertando el disgusto de Guzmán. Él procedió a brindarle el número de su documento, pero la policía tomó el carné de su mano y se alejó. Cuando el actor manifestó su conocimiento sobre los derechos ciudadanos, la oficial volvió para acusarlo de ser "chorro" o "punga", sosteniendo que el algoritmo lo identificó.
El artista le aseguró a la mujer que ella estaba equivocada, cuestionando el trato agresivo recibido. En un acto violento, la oficial le propinó un golpe con el palo en la cabeza, impactando en la base del cráneo, detrás de la oreja. El personal de seguridad del subte que se encontraba cerca negó que la policía lo agrediera físicamente, lo cual causó gran temor en el actor.
La explicación de la policia y la denuncia final
Guzmán mencionó que la policía, una joven con una "estrellita" en su uniforme, parecía estar repitiendo algo que le enseñaron a ejecutar. El actor, debido a su profesión, reconoció el patrón y sintió que ella misma estaba inmersa en una situación inesperada. Recabó información que confirmaba que otros individuos sufrieron la misma práctica, donde la policía busca específicamente "diez morochos" en una "razia insoportable". Esta práctica, aseguró Guzmán, se sobreactúa para mostrar trabajo.
Finalmente, la oficial reconoció al artista, le pidió hablar en privado y ofreció mil disculpas, explicando que desconocía su identidad. La mujer policía le comentó que su dispositivo para leer códigos QR no servía y que se le había terminado el crédito para mandar los datos manualmente. El actor, comprendiendo las condiciones precarias laborales de la empleada, decidió no presentar una denuncia penal individual para evitar destruirla. No obstante, sí formalizó una denuncia ante asuntos internos, buscando que el incidente quedara en su legajo y la situación no se repitiera con otros ciudadanos.








