ESTRATEGAS. Caputo junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili.
A menos de tres semanas de las elecciones legislativas, el Gobierno juega a la defensiva. El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, busca mantener el tipo de cambio controlado hasta el 26 de octubre, día de los comicios, y evitar un nuevo sobresalto en el frente cambiario que complique el panorama político.
El objetivo central es aguantar otros 14 días sin que el dólar cruce el techo de la banda establecida. La estrategia combina la venta de divisas del Tesoro, intervención en los mercados de futuros y el uso de bonos atados al dólar oficial, junto a una fuerte expectativa por la ayuda externa que podría llegar desde Washington.
“Es como un equipo que se cuelga del travesaño para defender el empate”, grafican en el Palacio de Hacienda, según un informe que publicó Infobae.
La estrategia
Tras la eliminación temporal de retenciones, el Tesoro sumó poder de fuego y lo puso en marcha: vendió U$S1.000 millones en los últimos cuatro días, con un rojo promedio de U$S200 millones diarios entre jueves y viernes. El objetivo es impedir que el dólar toque el techo de la banda cambiaria, estimado en $1.450.
El Tesoro funciona como primera línea de contención, mientras que las reservas del Banco Central -que provienen del préstamo del FMI- son la “última muralla” que el Gobierno prefiere no tocar.
A la par, el viaje del equipo económico a Washington busca asegurar un swap de monedas con el Tesoro de Estados Unidos, una línea de hasta U$S20.000 millones. No se trataría de un desembolso en efectivo, sino de una garantía destinada a calmar al mercado.
El mensaje es claro: si los inversores creen que el Gobierno tiene respaldo suficiente para evitar un nuevo default, el riesgo país debería bajar y el tipo de cambio estabilizarse. Por ahora, ese objetivo se cumple a medias: el riesgo país se mantiene por encima de los 1.100 puntos, señal de que las dudas persisten.
Las armas disponibles
El Gobierno todavía cuenta con U$S1.500 millones del Tesoro para seguir interviniendo en el mercado. Además, tiene en cartera U$S7.000 millones en bonos ajustados al tipo de cambio oficial, un instrumento pensado para que las empresas puedan cubrirse ante un eventual salto post electoral.
A eso se suman los U$S14.000 millones prestados por el FMI, aunque se trata de fondos que “se miran pero no se tocan”.
El Banco Central, por su parte, continúa operando en el mercado de futuros, donde mantiene posiciones abiertas por unos U$S8.000 millones, una de las principales herramientas para contener expectativas.
Escenarios posibles después de las elecciones
Más allá de las medidas económicas, todo dependerá del resultado electoral. El economista Fernando Marull planteó distintos escenarios:
- Si el resultado es parejo, con un 35%-35% entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo, los mercados podrían interpretar el desenlace como “aceptable”. En ese caso, el dólar tendería a estabilizarse y las bandas cambiarias podrían eliminarse de forma ordenada antes de fin de año. Además, se esperaría una recuperación de los bonos gracias al eventual respaldo del Tesoro estadounidense.
- Pero si el Gobierno pierde por más de cinco puntos, el panorama sería muy distinto. “Sería muy desestabilizante salir del esquema de bandas en ese escenario. Incluso podría volver a plantearse la idea de una dolarización definitiva”, advirtió Marull.
Cuentas regresivas y expectativas
Con apenas dos semanas hábiles por delante, Caputo intenta sostener el equilibrio. Las próximas jornadas estarán marcadas por los anuncios que lleguen desde Washington, el comportamiento del mercado cambiario y la reacción política de los distintos frentes.
El desafío no es menor: llegar al 26 de octubre sin una nueva corrida y, sobre todo, sin perder el control del tipo de cambio. Pero más allá de la ingeniería financiera, el futuro inmediato -como tantas veces en la historia argentina- dependerá menos de la economía que de la política.







