"Quería que mis hijos me vean llegar a la meta, que vean que sí se puede", dijo una atleta de los 21K LA GACETA

Desde Lules, una familia que vive y respira deporte, fue uno de los grandes ejemplos de la jornada.

Quería que mis hijos me vean llegar a la meta, que vean que sí se puede, dijo una atleta de los 21K LA GACETA
05 Octubre 2025

El domingo tuvo una energía especial en el parque 9 de Julio. Desde temprano, las veredas se llenaron de colores, aplausos y emoción por una nueva edición de los 21K LA GACETA, que reunió a miles de corredores y familias en una fiesta deportiva. No fue una competencia, el encuentro fue más allá y se trató de un momento que celebró el esfuerzo, la superación y la alegría de moverse.

Entre las más de 2.300 personas que participaron en las diferentes categorías, se encontraba Roxana Mansilla, integrante del grupo CIMA de Lules, fue una de las corredoras que se animó a desafiarse a sí misma y demostrar que la pasión por el deporte no tiene edad. “Corrí los 3 kilómetros, sin parar. Era el objetivo que me había propuesto”, contó orgullosa tras cruzar la meta.

Acompañada por su marido, Mauricio Auvieux, preparador físico de atletas de élite, y por sus hijos Bernabé y Josefina, Roxana vivió la jornada como una verdadera celebración familiar. “Soy mamá de tres hijos, uno justo hoy no vino porque juega al vóley, pero todos me apoyan siempre. Hace mucho que hago deporte, aunque no soy corredora, lo practico como un hobby”, explicó con una sonrisa que mezclaba cansancio y satisfacción.

Aunque había pensado en probar suerte con los 10K, finalmente decidió ir por los 3K. “Me animé a los 10, pero dije: no, capaz que me ´corte´ el camino, prefiero los 3K y llegar segura. Lo importante era cumplir”, contó entre risas.

Más allá del resultado, para Roxana el verdadero triunfo fue dar el ejemplo a sus hijos más pequeños. “El deporte es un ejemplo para mí y para ellos. Quería que me vean llegar, que vean que se puede. Después de los 40, ya es difícil la vida, pero mientras ellos me vean que se puede, se puede para siempre”, reflexionó emocionada, la mamá de un tercer hijo que no pudo acompañarla porque se encontraba jugando al voley.

Desde Lules, Roxana dejó un mensaje que resonó entre todos los presentes: la constancia y el amor por el deporte no tienen límites y se debe enseñar con el ejemplo.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios